Editorial: El plástico de uso único

Los colombianos aún no hemos tomado conciencia de la intensidad del daño que los productos de plástico fabricados para ser usados por una sola vez provocan al planeta y a la salud y los utilizamos masivamente, en forma irresponsable. Hay datos certeros del consumo de ellos en el año 2016, que ponen en evidencia la forma insensata como los usamos y lo mal que los desechamos.

El plástico es de descomposición tardía, por lo que genera un grave daño al medio ambiente. En 2016, en nuestro país, se consumieron 19,8 millones de pitillos de plástico, 235,7 millones de platos de plástico, 6.445 millones de vasos, vasitos y copas plásticas; todo ello lo desechamos mal, ignorando el perjuicio que causamos. Un juego de cubiertos de plástico demora entre cien y mil años en desaparecer, un pañal y una botella de plástico demoran cerca de 450 años, un recipiente de icopor para comida demora en tal proceso aproximadamente 50 años, para citar casos de productos de un solo uso que empleamos frecuentemente.

Y aunque el uso del plástico en las bolsas cotidianas para uso casero está en control, aun las cifras llaman la atención. Actualmente, el uso de tal tipo de empaque ha entrado en crisis por su durabilidad, por no ser biodegradables y crece el número de personas que se suman al clamor por el uso de otros tipos de empaques para bebidas, comidas, juguetes, utensilios de cocina, etc.

En el mundo se están produciendo al año entre 500 mil millones y un billón de bolsas plásticas; cada día cerca de 8 millones de toneladas de residuos de bolsas y empaques plásticos terminan en los mares. De seguir las cosas como van, en 2050 se estima que en los océanos habrá más plástico que peces. Las bolsas plásticas tienen una vida estimada mínima de 50 años antes de romperse en pequeñas partículas. Esos y más son los argumentos en contra de su uso masivo.

La situación tiene preocupados a los gobiernos, la academia y científicos y en muchos lugares se están tomando drásticas medidas para frenar el daño causado a la naturaleza.

El Parlamento Europeo tramita la prohibición del uso de tales plásticos a partir de 2021 en los 27 países de la Unión Europea; en Río de Janeiro se imponen severas multas a los establecimientos de comercio adyacentes a las playas que emplean pitillos de plástico; en California, Estados Unidos, se penaliza a los restaurantes, cafeterías y similares que usan envases de bebidas y empaques de plástico de un solo uso; en Francia, a partir de 2020, estará prohibido vender y usar recipientes y cubiertos de plástico en supermercados, restaurantes, cafeterías, etc.

En Colombia apenas se han dado pasos balbuceantes en el control del uso de bolsas plásticas. ¿Y el resto? Nos falta mucho trecho por recorrer, el tiempo apremia, hay poca voluntad e inconciencia colectiva, no hemos tomado aún medidas que ya se han debido implantar. En tanto, en la desembocadura del río Magdalena ya hay islotes flotantes de desechos y en los mares de América Latina hay dos grandes islas formadas por basura.

Como dijo el poeta, todo nos llega tarde. Se impondrán correctivos, pero serán tardíos.