SIGIFREDO TURGA
Desde siempre hemos visto que quienes van ocupando cargos de gobierno tienen la tendencia de aprovechar el poder para disponer de los recursos que son bienes comunes al servicio de todos los gobernados y evitando que se les opine desde la comunidad o se les haga consulta de cualquier tipo relacionada con dicha decisión.
Ejemplo patético es el caso del alcalde Navia de Popayán de hace 10 años, quien prácticamente se amangualó con las mayorías del Concejo Municipal para entregarle a empresas de lucro o en otros términos al inversionista privado, el servicio de aseo, ello contra los derechos y aspiraciones de las comunidades que bastante advirtieron con tiempo sobre la infinidad de contratiempos y sinsabores que esta decisión le vino trayendo tal cual a la Ciudad. Ojalá el doctor López Castrillón proceda de común acuerdo con las comunidades payanesas para que este aseo vuelva a manos de la ciudad y con el apoyo y participación directa de la comunidad.
Es muy triste evidenciar que la pandemia le ha facilitado a ese tipo de gobernantes poder disponer de los recursos comunes de sus gobernados, según su capricho y conveniencias.
Dada esta situación creemos muy oportuno dirigirnos en este momento ante el señor alcalde de Popayán para solicitarle que se continúe fortaleciendo el acueducto de la ciudad como un buen frente de servicio para todos en manos directas de la Alcaldía. Nuestros lectores y el señor alcalde se preguntarán porqué queremos que se tome al acueducto de Popayán como tema a tratarse, si por estos días no es parte de las noticias especiales sobre medidas gubernamentales?
Si repasamos lo ocurrido con las Islas Fidji podrán comprender nuestro lector y el señor Alcalde el porqué de nuestra preocupación.
Al comenzar el siglo 21, en las Islas Fidji ha venido existiendo una factoría de muy elevada tecnología de punta, con la que se empaca por día un millón de botellas de agua para ser vendidas todas en Estados Unidos. Entre tanto, en dichas islas la mitad de los pobladores no puede contar con el agua potable de la que antes si disponía.
Como negocio, para Whole Foods, exclusivo emporio empresarial de lo orgánico y lo exótico, es una maravilla Esta empresa vende el agua de la Isla como una de las de más alta calidad en todo el mercado mundial. En contraste es una desgracia para los habitantes de Fidji que su agua sea de tal calidad, porque pasó a ser propiedad de inversionistas, quien sabe mediante que artilugios. Dejó de ser solución para una de las dos necesidades más vitales de la población de la isla.
Popayán está en la zona más privilegiada del país donde todavía hay garantía suficiente de existencia de agua dulce y por lo mismo aquí también las multinacionales inversionistas, en un viaje de no retorno, pueden llegar a posesionarse del agua local y regional a tal punto que perdamos la capacidad de decisión sobre la misma.
Ahora que ya este líquido entró a ser comercializado en las bolsas de valores mundiales, en las que las necesidades se ponen al servicio de los negocios y no, los negocios al servicio de las necesidades, debe haber más de un visionario negociante que ya también le tenga puesto el ojo al acueducto de Popayán. Como estamos en pandemia pues la cosa se les facilita. NOTA AL MARGEN. El Señor Alcalde tiene el suficiente temperamento y afabilidad para ser consultivo con la comunidad en búsqueda de optimizar decisiones. No creemos que persista en hacer de un centro educativo, un lugar de reclusión en zona Histórica.