NICOLÁS ESCOBAR BEJARANO
Aproveché estas vacaciones decembrinas para leer el libro “Mi vida y el Palacio”, de Helena Urán, hija del magistrado auxiliar del Consejo de estado Carlos Horacio Urán; creo que es muy difícil encontrar las palabras precisas para explicarle a una niña que su padre salió una mañana cualquiera a trabajar y que después ocurrió algo terrible en su trabajo.
Helena fue tejiendo esta historia desde su niñez (al mejor estilo de Héctor Abad en “el olvido que seremos”). El texto gira entorno a un informe que actualmente tiene en sus manos la Comisión de la Verdad, y en donde se narran los actos de la toma y retoma del palacio de justicia (1985), así como la desaparición y tortura de su padre, quien, según el libro, tenía en mente un proyecto de reforma a la fuerza pública.
Encuentro en su magnífica obra, una especie de catarsis, no hay odio ni rencor sino por el contrario una especie de compromiso con la memoria histórica en un país condenado a la amnesia colectiva, como lo es Colombia.
Adenda 1: La imagen es desgarradora, de las entrañas del rio Medellín, los rescatistas y voluntarios sacan el cuerpo sin vida de Daniela Patiño, quien fue asesinada por su ex pareja.
El homicida (su ex pareja) era un tipo de 30 años, quien confesó a las autoridades de la policía nacional, haber cometido el asesinato; mientras se cumplía con esos eternos procesos para legalizar la captura, el sujeto se quitó la vida con una cuchilla.
Por este motivo, no se pudo conocer las circunstancias en que Daniela fue asesinada. Parece imposible luchar contra la violencia hacia las mujeres si las instituciones no son las primeras garantes de sus derechos. ¡Justicia a paso de tortuga!
Adenda 2: El principal problema que tenemos para implementar la vacuna contra el Covid-19 en Colombia, es un problema de origen semántico, es decir, en este país la ausencia estatal es tan grande que en muchos municipios, se entiende por “vacuna”, el importe de dinero que exige la fuerza pública, delincuencia común, delincuencia organizada, narcotráfico, guerrillas y otros, para no asesinar y despojar a los ganaderos y campesinos. ¿Cómo le explicamos esto a las Naciones Unidas? Adenda 3: Propone el señor Fernando Ruiz (Ministro de Salud), que los colombianos descarguen en sus teléfonos una app que se llama Mi Vacuna, a través de la cual podremos verificar nuestro turno en vacunación. Señor Ministro, no abuse del realismo mágico, eso sólo será posible cuando Leticia, Chocó y la Guajira, entre otros en las mismas condiciones, tengan señal 5G.