La salud

Jorge Eliecer Ortiz Fernández, columnista

JORGE ELIECER ORTIZ FERNÁNDEZ

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Son muchas las críticas y comentarios que se dejan escuchar por los diferentes medios de comunicación referidos con el sistema de salud que impera en nuestro país. Y, a decir verdad, por los acontecimientos que se han sucedido en Colombia, desde el gran escándalo con Caprecom, luego en Saludcop, ahora con Medimas, pues no queda otra alternativa que aceptar que algo está pasando con un servicio que por su importancia debería merecer toda la atención de los diferentes sectores sociales, económicos y políticos del país. Algunos sientan posición y no dejan de culpar como génesis del mal que carcome la salud de los y las colombianas a la Ley 100 y sus decretos reglamentarios, por lo tanto, solicitan su revisión y modificaciones de fondo, pero claro, puede más el lobby de aquellos que se lucran a costilla de quienes requerimos desde la más elemental atención hasta quienes padecen enfermedades de alto costo, entrando al oscuro mundo de la salud los cómplices que al recibir favores del sector salud, pues toman la decisión de acudir al silencio encubridor, sin entender que muchos colombianos se están muriendo paulatinamente ante la falta de una verdadera política pública en salud.

Por estos días hemos podido evidenciar que muchas enfermedades se ocasionan en nuestro país , simplemente porque el estado no ha tomado de manera seria el trabajar por una política de prevención para lograr así una vida sana, circunstancia que Usted señor lector lo puede comprobar en todos los escenarios posibles de la sociedad, incluyendo y quien lo va a creer hasta en el mismo sector productivo del país; a decir verdad, a pesar de que hoy en día se habla con propiedad de la llamada Seguridad Industrial, aún existen grandes falencias que hace que los empleados tanto del sector público como privado estén terminando su vida laboral en precarias condiciones físicas debido a la ausencia de medidas que fortalezcan hacia el futuro la estabilidad en materia de salud de quienes entregaron la mitad de su vida sirviendo al estado y a los propietarios de los medios de producción.

Casos tenemos para demostrar que no son simples conjeturas, no, hemos sido testigos de cómo ex trabajadores que entregaron su fuerza laboral a diversas empresas, hoy, están terminando sus pocos días visitando constantemente las EPS que aún subsisten en el país, abuelos y abuelas que como cualquier ciudadano tienen que someterse a agotadoras jornadas en los pasillos de empresas prestadoras de salud, que muy a pesar de contar con ventanillas, disque prioritarias, igual los someten al vaivén de la tramitomania, porque a nadie se le ha ocurrido en realizar una reingeniería de espacios para la atención de pacientes, de tal manera que les permita en un solo espacio operativo tramitar la orden para el médico general, la gestión del copago, la autorización para la entrega de medicamentos y finalmente la entrega al paciente de los medicamentos; pasaran años para que el todo poderoso ilumine a los altos ejecutivos de la salud para que vuelvan amable el derecho que todos tenemos a una vida digna y a la atención eficiente de la salud.