Numancia y la desesperanza

JORGE ALONSO RUIZ MORALES

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Dejando de lado un par de días la literatura de ficción y haciéndole guiños a la histórica y real, en “De animales a Dioses”, gran compendio sobre la historia del ser humano escrita por el profesor de Historia Yuval Noah Harari, se menciona a Numancia, un antiguo pueblo ibérico. Aquí hago una pausa y me pregunto: ¿qué es ficción y qué es realidad? ¿Cómo podemos saber si lo que ocurrió hace mil años fue realidad o fue inventado? Nunca lo sabremos. Continúo: Numancia era un pueblo que no quería estar bajo la dominación de los romanos, era pequeño pero fuerte; entonces los romanos, para acabar de una vez y por todas con ellos, decidieron no molestarse en acribillarlos con armas, fuego y violencia, sino que simplemente les cercaron la ciudad. Cercar y esperar, ver la muerte y la decadencia desde la barrera. Eso dice la Historia y ya sabemos que la Historia, como el amor y el futuro, es un acto de  Fe. Tal vez la Historia es el mayor acto de fe colectiva que hay.

A medida que la comida empezaba a escasear, vinieron la desesperanza, los problemas y el pueblo se autoeliminó, empezaron a suicidarse y a quemar las casas. Incluso Miguel de Cervantes escribió un drama llamado “El cerco de Numancia”, que ya conseguí en pdf, leeré y les comentaré luego. Me gusta combinar libros; es más, pienso que es lo más sano, qué sé yo, leerse cuatro a la vez entonces un día coger uno y descansar, coger literatura española y descansar, luego uno nuevo y así. Ahora mi vida literaria, como consumidor puesto que como creador está en mis blogs diarios, esa vida literaria se mueve entre varios temas.

Y bueno, la Historia se sigue escribiendo, con o sin protagonismos, pero sí con bastantes ficciones que se vuelven realidades. Con o sin fe, eso depende de cada quien. Cada quien decide si hacer de Numancia o hacer de Roma. Cada quien decide si oprimir o ser oprimido.