El retorno de las horas extras

Por: Richard Fredy Muñoz

Twitter: @RichardFredyM

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Cómo pasa el tiempo. Hace 14 años el gobierno del expresidente Álvaro Uribe impulsó una ley que acabó de tajo con el pago de los recargos nocturnos, dominicales y festivos a los trabajadores.

La hipótesis del entonces Ministro del Trabajo Juan Luis Londoño de la Cuesta (Q.E.P.D.), establecía que con la medida aumentaría el empleo y se pagarían mejores sueldos. Para el gobierno, la crisis económica había afectado tanto a las empresas, al extremo de no tener de donde pagar más del salario mínimo a quienes se quedaran a laborar después de las 6 de la tarde.

Así, sin anestesia, de la noche a la mañana, con la Ley 789 de 2002 los empleados que recibíamos una platica adicional en la quincena fuimos despojados de ese incentivo y nos endosaron jornadas más largas, de hasta 14 horas, por el mismo sueldo. Desde entonces, quedarse a trabajar en las noches ya no es tan grato.

Para colmo, la ley en mención disminuyó además, en aproximadamente 50 por ciento, el valor de la indemnización por despido injustificado.

El tiempo pasó y las empresas ni contrataron más trabajadores (por el contrario aumentaron los despidos masivos) ni las quincenas mejoraron más allá del devaluado aumento del salario mínimo que en Colombia, cada año, suele imponerse por decreto.

Ahora el tema ha regresado al Congreso de la República y la Cámara le dio visto bueno a una iniciativa del Representante liberal antioqueño Óscar Hurtado, para que la jornada laboral se extienda entre las 6 de la mañana y las 8 de la noche; es decir, quienes nos empleamos tendremos derecho a cobrar nuevamente el recargo nocturno después de las 8. También regresaría el reconocimiento de 100 por ciento de los recargos dominicales y festivos.

La Plenaria de la Cámara aprobó el proyecto, a regañadientes de, ¿adivinen quién? El Centro Democrático del expresidente Uribe se le atravesó hasta último minuto a esta ley argumentando que no están muy convencidos de los beneficios de la propuesta.

Por supuesto que no están convencidos. Las grandes empresas y conglomerados económicos están ejerciendo un fuerte cabildeo para evitar que la ley sea aprobada en el Senado a donde pasó a discusión.

La batalla no será fácil. Los empresarios no darán su brazo a torcer sin dar pelea. Ellos prefieren pagar salarios bajos y obligar a sus trabajadores a doblarse en sus jornadas nocturnas, o los domingos y festivos.