Diplomado Popayán (1)

VÍCTOR PAZ OTERO

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En días pasados, concluyó y fue clausurado, en sesión solemne en el Paraninfo de la Universidad del cauca, el diplomado sobre Popayán, evento que contó con la presencia de las directivas tanto de la Fundación universitaria de Popayán, como las de la ya centenaria Universidad del cauca.

Cabe destacar que no ha sido muy frecuente en nuestro medio, estas alianzas de integración y cooperación entre instituciones universitarias, para promocionar y realizar proyectos de impacto académico, que vinculen y faciliten la necesaria y siempre urgente preocupación del mundo universitario con las crecientes y complejas problemáticas que surgen en el flujo de nuestra existencia urbana. Celebramos esta estimulante circunstancia y hacemos votos para que ese espíritu de colaboración y alianza se siga ampliando y fortaleciendo en beneficio de la ciudad.

El diplomado ha sido y quiere seguir siendo un primer intento de responder a una antigua y colectiva necesidad, que especialmente durante las últimas décadas afecta de manera inquietante a la ciudadanía payanesa : la necesidad de entender, reflexionar y explorar los profundos cambios y alteraciones que en todas las dimensiones de la vida colectiva han acontecido en Popayán y que han provocado una significativa transformación de los ritmos, contenidos y orientaciones de esa misma vida colectiva.

El diplomado obedece a la necesidad imperiosa de volver a pensar y sentir la ciudad dentro de estas nuevas y cambiantes circunstancias. Circunstancias que de no ser comprendidas o explicitadas, provocan confusión y desorientación en los diversos sectores que configuran el universo humano de la ciudad y pueden comprometer de manera peligrosa la valiosa y relevante continuidad del proceso histórico que hasta ahora ha caracterizado a nuestra ciudad.

Nos hemos acostumbrado a una visión de ciudad una tanto idealizada y congelada, una visión irreal que no pocas veces altera y falsifica su verdadero ser y su verdaderos contenido y significado histórico. Visión que suele dejar al margen y sin comprensión crítica los traumáticos acontecimientos y la multiplicidad de elementos perturbadores y disfuncionales que han determinado efectos perversos en las nuevas pautas de configuración y funcionamiento que hoy soporta la ciudad.

Se podría decir que nuevas y hasta diversas “ciudades” parecen haber surgido, de manera anarquizada y convulsionada, bajo la sombra aparentemente unificada de esa ciudad fabricada e incomprendida de su leyenda. Pero ese conjunto de nuevas e inéditas realidades urbanas, poco han sido estudiadas o analizadas.

En estricto sentido carecemos de una nueva visión de ciudad. La ciudad que ahora somos no se corresponde mucho con la ciudad que a veces creemos y sentimos que es. Hay una ciudad “esfumada”. Una ciudad irreal que habita en la tibia y evocativa ficción de una leyenda que ha sido significativamente transformada por la dialéctica siempre trastocada del tiempo y de la historia.

El diplomado ha sido y quiere seguir siendo, tal vez solo un primer e incipiente primer paso en el intento de empezar la elaboración de una nueva y realista visión de la ciudad que ahora tenemos. Y aspira a consolidarse como un espacio abierto de convocación ciudadana, que convoque una pluralidad de miradas y reflexiones en torno a ese apremiante objetivo.

Por supuesto, las limitaciones que impone la modalidad académica propia de un diplomado, no permite llevar hasta su máxima expresión lograr la compleja y ambiciosa aspiración de dicho objetivo. Pero es un primer paso, experimental y tentativo, para ir configurando de manera progresiva ese deseo. Deseo que es también necesidad sentida y colectiva de la comunidad payanesa.

Queremos imaginar, que con el auspicio y la promoción generosa y estimulante de nuestras dos principales instituciones de educación superior, el proyecto tenga continuidad y pueda consolidar y profundizar sus objetivos. Que se puedan potencializar sus instrumentos de análisis, que se amplíen los elementos de integración y de convocación ciudadana y académica, que se multipliquen los esfuerzos intelectuales y que cada vez sea mayor el número de voces y miradas críticas y comprensivas para el logro de los objetivos propuestos.