Sin una visión económica definida… imposible saber para donde vamos

NELSON EDUARDO PAZ ANAYA

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Como ha prevalecido la manía cultural de pretender quedar bien con todo el mundo, trazar unos lineamientos objetivos, a fin de definir para donde debe ir la economía Caucana, – al discernir sobre el particular,- surge esta circunstancia, como la peor debilidad en un análisis estratégico del departamento.

Este no es problema solo de la clase política, lo grave es que los gremios y los sindicatos, las organizaciones sociales, la universidad, y la sociedad civil, todos parcos y coyunturales, parcelados en el entorno de sus respectivos intereses, no han permitido una visión de conjunto.

La encrucijada de no encontrar la salida del laberinto, la realidad de tantos ensayos y fracasos, que ya no amerita enumerar, algunos inflados con el adobo de la corrupción, en los que no solo se han perdido los recursos económicos, sino que además, agotan la capacidad de los pueblos de auscultar salidas, agrava la situación.

Hoy frente a la discusión de dos medidas del ámbito de la Hacienda Pública, la primera la de subir los salarios mínimos, para aumentar el consumo y las ganancias; la otra, la de bajar los salarios mínimos, bajar los impuestos a las grandes empresas, y gravar a las personas naturales, tratando de seguir modelos europeos, en los cuales, juegan otros factores, como la productividad y la imposibilidad de evasión; no se sabe cuál será su impacto.

Lo complicado del análisis, es que para las grandes empresas no tiene mayores dificultades, pero para las medianas y pequeñas, que son la mayoría, no resistirán la subida de sus costos, por lo cual, reducirán sus puestos de trabajo o se verían abocadas a cerrar.

Para el sector agropecuario, si suben los salarios, será imposible para los medianos y pequeños cultivadores mantenerse en su actividad. Qué hacer si el producto bandera como lo es el café, a los precios de hoy, genera pérdidas a los caficultores, el gobierno acepto hace cinco años, costos de producción en $700.000 por carga de diez arrobas y hoy su precio de compra en el mercado está por debajo de $680.000.

El posicionamiento de cafés suaves y orgánicos por ser especiales, así como el aumento de la productividad, el consumo interno de buenos sabores, y la asociatividad, pueden ser parte de estrategias oportunas, pero solo corresponderán a esfuerzos integrales, que demandan apropiación de una fuerte cultura de la caficultura, que haría parte de una planeación integral.

La situación de los demás productos es aún más difícil, con el agravante de que incentiva la migración a las ciudades, abandono del campo y a mediano plazo, total disminución de la oferta alimentaria, elevando inflacionariamente los precios, por la saturación de abastecimiento de los grandes almacenes de cadena, en donde aparecen los capitales financieros internacionales, con alimentos de regiones distantes o importados.

Como la estructura agropecuaria es defectuosa, siempre estará abocada a tener resquebrajos por cualquier clase de medida que se tome. Complicado cuando acaba el departamento de tener la más grande inversión por concepto de las Regalías; cuando el Ministerio de Agricultura, enfoca billonarias inversiones a la producción de alimentos, pero sin impactos, ni resultados en el Cauca.

Aquí el único que no sufre ninguna afectación, Smurfit Kappa – Cartón Colombia, compañía Irlandesa; sus 23.000 hectáreas de árboles comerciales, extensión que equivale a la cuarta parte de las tierras sembradas en café por 93.000 caficultores, se mantienen con un número reducido de trabajadores y no tiene procesos de valor agregado en la región, por lo tanto cualquiera sea la medida no afectara sus utilidades.

Seria del mayor interés para la comunidad caucana, definir y trazar líneas básicas de planeación y programación, para saber para dónde va la economía del Cauca; y se incluya en los nuevos programas y proyectos el sistema de evaluación por resultados, que vienen propiciando desde la década anterior, los organismos internacionales de apoyo al desarrollo: BIRF, BID, CEPAL, entre otros.

No pueden todos los sectores seguir produciendo a perdida, porque cuando pase la ola de los dineros de la coca, brotaran las dificultades y no habrá como sostener una economía ficticia que ha tapado las deficiencias estructurales del sector agropecuario.

Desde luego, hay variables que están a distancia de poder ser controladas, el juego de los capitales financieros internacionales, actuando con las Bolsas de Valores, el precio del Dólar y la nueva modalidad de las ventas de cosechas futuras, en un mundo en donde la expectativa genera millones de dólares de ganancias, y deja muy lejos la vida y la pobreza mágica de los sembradores Colombianos.

El esfuerzo institucional, el trabajo de los agricultores, el apoyo brindado por el gobierno se constituye en reconocimiento de evidencias que muestran las fallas del sistema.

¿Cómo pretende el Gobierno de los Estados Unidos, exigir sustitución de cultivos ilícitos, si la producción de otros cultivos no tiene el trato justo que debían dar las leyes del mercado?, ¿cómo seguir sacrificando miles de minifundistas en pos de una utopía y como saber para dónde va el Cauca, si el modelo capitalista le pone todas las trampas?