Reflexiones con futuro

RODRIGO SOLARTE

Pediatra

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Esta columna de opinión tiene y tendrá permanentemente un compromiso con la vida, la justicia y la paz, trascendentes valores de la civilización humana.

Las reflexiones se gestan con la vida vivida y los sueños construidos por las sensibilidades, experiencias conocidas o visualizadas de alguna manera.

 Para quienes hemos pasado este, más de medio siglo, con las escalofriantes cifras de muertos, desaparecidos, desplazados, secuestrados, violación de los derechos más elementales, como a la vida misma, dignidad, sentido de patria, familia, descendencia, educación, salud física y mental, trabajo, honestidad, buen trato con los demás y la naturaleza, lo que definen como POLARIZACIÓN o antagonismo frente a una similar realidad, debería ser considerada no humana, por nuestra conciencia, racional, física y metafísica.

La aparente sin salida entre la guerra y la paz, que nos mantiene en incertidumbre permanente, requiere de decisiones a todos los niveles de la vida nacional, regional, latinoamericana y universal, interpretadas como el YO y NOS de la especie terrícola que conformamos.

Existen problemas y alternativas de solución, ya visualizadas por la inteligencia humana, creadora también de la que llaman ´´ inteligencia mecánica o artificial´´, que van desde lo personal y familiar o grupal, hasta lo colectivo en lo económico, social, cultural, ético, moral y político, como expresión globalizadora de toda esta red interrelacionada.

Cualquier tema o problema, necesitado de una solución concertada para el corto, mediano y tiempo que se concerte, tiene en el diálogo fundamentado por el conocimiento de la realidad que se viva y aborde, la mejor manera civilizada para encontrar maneras de solución, viable para las partes, no solo para una de ellas.

Los desarrolladores de las políticas con las ciencias que hemos llamado exactas, positivas, físicas y naturales, como creaciones que son para la investigación del mundo físico, cercano y lejano del que hacemos parte, en algunos períodos de la historia, marginaron el estudio e investigación del SER, sujeto investigador o investigado, en el contexto donde fluye el proceso vital que también va creciendo y desarrollándose, si es que no perece, por las condiciones de vida que no la facilitaron.

La misma ciencia ha ido incluyendo progresivamente a los sujetos o seres humanos participantes de los diferentes procesos civilizatorios. Tal inclusión, también ha sido, y es, motivo para polarizaciones conceptuales.

Quienes apreciamos la entrega de las armas, como un acto humano que trasciende lo mecánico de hacerlo, y a los promotores de ambas partes (gobierno y alzados en armas contra el establecimiento), como preocupados, por las consecuencias sociales y naturales, durante este, más de medio siglo de confrontación fratricida, concebimos la vida como un proceso permanente, no de inercia o círculo vicioso, para buscar y encontrar alternativas pacíficas a las causas estructurales que llevaron a la desesperación y a tomar tal decisión, mortal, de tantos compatriotas y estratos sociales, principalmente, campesinos, jóvenes, mujeres y hombres del campo y la ciudad, sindicalistas e intelectuales, profesionales sin esperanza laboral o comprometidos integralmente con sus comunidades etc.

El desarrollo y composición desigual de las regiones que constituyen Colombia, hoy constitucionalmente descentralizada, tienen en la educación de calidad, la mejor manera pacífica para ser incluidos en la construcción de la Colombia diversa y transformada para el MEJOR VIVIR de las mayorías.

 Podemos decir que las COMUNIDADES EDUCATIVAS, ya son conscientes de ello. Los retos del gobierno central, con sus virtudes y defectos, se han crecido, ante el crónico maltrato que a todo lo público han dado, y sigue dando, el pensamiento Neoliberal y sus políticas, poco autónomas.

La TRANSICION entre guerra y paz, es también una construcción permanente, desde la periferia al centro o viceversa. La solidaridad entre sectores y regiones es fundamental. La unidad en la diversidad, debe ser un criterio o concepto, bien entendido para su aplicación por el actual gobierno y futuros.

´´ Las crisis son oportunidades, aprovechémoslas de la mejor manera posible´´ para el corto, mediano y largo tiempo que vivirán las nuevas generaciones de esta Colombia, tan llena de potencialidades y talento para ponerlas, civilizadamente, al servicio de todas y todos.