Los municipios de la paz del Cauca

Corinto, Buenos Aires y Caldono, serán zonas de concentración, elementos claves para la consolidación de la paz, una vez se firme el acuerdo final. ¿Cuál será su papel para el fin del conflicto?




Reinaldo Hoyos Molina

@comunicauca

La concentración de los guerrilleros de las Farc se iniciará un día después de que se dé la firma del acuerdo final de las negociaciones. Desde ahí tendrán 180 días para cumplir con el proceso de reincorporación a la vida civil. Foto: Suministrada.

Los acuerdos dados a conocer en esta semana indican el fin del conflicto armado contra las Farc, la guerrilla más grande y vieja del mundo. Por eso el nivel de su importancia. Foto: Suministrada.

Un día después de que se diera a conocer el acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, sobre la terminación del conflicto, el Ministerio de Defensa, a cargo de Luis Carlos Villegas Echeverri, dio a conocer las ubicaciones de las 23 zonas veredales de concentración y los 8 campamentos, que servirán como escenario transitorio para el proceso de desmovilización y entrega de armas. Según se informó, el Cauca tendrá dos zonas veredales y un campamento en los municipios de Buenos Aires, Caldono y Corinto.

Se trata de la respuesta a una de las dudas que se tenía en el departamento, debido a que ya se daba por hecho que el Cauca iba a ser escenario para estas concentraciones de guerrilleros de las Farc. En Buenos Aires y Corinto, se ubicarán veredas de concentración; mientras que Corinto, Cauca, será escenario de uno de los ocho campamentos que se acordaron en La Habana, Cuba.

“Estábamos esperando el anuncio, sabíamos que el departamento iba a tener algunas zonas de concentración, y ya las conocimos. Nos hemos venido preparando para que la autoridad civil sea fuerte en estos territorios, para que las comunidades no tengan dificultades; además para que la Gobernación y las alcaldías sean actores políticos que ayuden a liderar este proceso de paz”, expresó la secretaria de Gobierno, Alejandra Miller Restrepo.

Se espera la confirmación del protocolo para llevar a cabo estas concentraciones de guerrilleros y futuros desmovilizados y las coordenadas exactas en donde se ubicarán en cada municipio. Para tal fin, según pudo conocer El Nuevo Liberal,  programarán una reunión con todos los alcaldes de los municipios y los departamentos para iniciar la articulación de este trabajo.

“Los alcaldes tienen toda la disposición, sabemos que tenemos un trabajo grande y que el trabajo conjunto entre la Gobernación y las alcaldías es clave para garantizar que esto se lleve de la mejor manera”, explicó Miller Restrepo.

Lo que dicen los alcaldes

“Un proceso de paz como estos genera más beneficios que males. La comunidad puede estar tranquila porque esto no va a afectar el camino que hemos trazado con el plan de desarrollo, por ejemplo. Además, las comunidades indígenas y campesinas, que tienen procesos propios, pueden seguir desarrollándolos”, Edward Fernando García.
Este medio de comunicación se puso en contacto con los alcaldes de Caldono y Corinto para saber su posición después de conocer este anuncio de corte nacional. Con el alcalde Buenos Aires, a pesar de las repetidas llamadas, no se pudo entablar contacto.

En primero en hablar fue Pablo Andrés Piso Lozada, alcalde de Caldono, quien estaba reunido con la Secretaria de Gobierno del Cauca, hablando ya sobre este anuncio. “Ya teníamos algunas comunicaciones sobre que nuestro municipio sería escenario de concentración. Estamos dispuestos y preparados para la paz. Vamos a hacer todo lo pertinente para que las cosas se desarrollen de la mejor manera”.

Este municipio tiene una parte de población indígena, quienes se han mostrado críticos a las zonas de concentración, por lo que el mandatario local explicó, que “en su debido momento empezaremos a conversar con las comunidades, pero esta es una oportunidad única que nos beneficia todos, y hasta el momento no hemos recibido declaraciones en contra de lo dicho”.

Mientras que el alcalde de Corinto, Edward Fernando García, expresó que en la población están dispuestos a ser, una vez más, escenario de paz; pero reiteró que es necesario que el Gobierno retribuya con inversión para suplir las necesidades de estas zonas rurales.

“La comunidad puede estar tranquila porque esto no va a afectar el camino que hemos trazado con el plan de desarrollo, por ejemplo. Además, las comunidades indígenas y campesinas, que tienen procesos propios, pueden seguir desarrollándolos sin mayor problema”, aseguró el mandatario local.

Aquí se dará la mayor concentración de guerrilleros de la Farc en proceso de desmovilización, debido a que se hará uno de los ocho campamentos acordados. Estos tendrán una extensión de 4 hectáreas y vigilancia a 1 kilómetro de distancia.

En este municipio, el Alcalde ya se reunió con presidentes de las Juntas de Acción Comunal para dar a conocer lo que se ha dicho. Pero espera realizar el próximo miércoles 29 de junio, una reunión general con las organizaciones sociales y la comunidad en general para informar en detalle.

Lo cierto es que hay disposición para realizar este trabajo que se iniciará 24 horas después de que se firme el acuerdo final de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc.

Radiografía del conflicto en los municipios de paz

La cifra: 3 municipios caucanos fueron escogidos para implementar dos zonas veredales transitorias y un campamento para la desmovilización y dejación de las armas.
Los tres municipios del Cauca donde se concentrará el principal trabajo para iniciar el camino de la paz, no se han escogido de manera aleatoria. Por el contrario, son localidades que han sido golpeadas de manera permanente por la confrontación armada. Entre Buenos Aires, Caldono y Corinto agrupan, por ejemplo, 16.134 víctimas registradas de las 262.368 que tiene el Cauca, según el Registro Único de Víctimas (RUV).

Lo que revela la complejidad social que ha generado la guerra. Esto sin contar con el registro de las confrontaciones, hostigamientos, ataques directos a la población, entre otros hechos que se registraban principalmente a finales de los 90’s y comienzos del siglo XXI, cuando se intensificaron las confrontaciones con las guerrillas, luego del fallido proceso de paz del gobierno conservador de Andrés Pastrana Arango.

Según los registros oficiales, el municipio de Buenos Aires, Cauca, tiene 6.893 víctimas registradas, de las cuales 5.373 son sujeto de atención. Pero además, este municipio no es nuevo en la memoria próxima de los colombianos, debido a que fue el escenario del asesinato de los 11 soldados el pasado mes de abril de 2015. Hecho que mantuvo en el congelador las negociaciones de paz por cerca de un mes.

Por su parte, el municipio de Corinto, Cauca, también está en la memoria de los colombianos, sobre todo para los que vivieron el proceso de paz con la guerrilla del M-19, debido a que esta población fue escenario para la firma del primer acuerdo del cese bilateral al fuego que permitió el paso a la salida negociada con esa guerrilla.

“Nosotros ya tenemos experiencia en este tipo de situaciones, debido a que fuimos escenario en el 84, para que el gobierno de Belisario Betancurt y la guerrilla del M-19 iniciaran el proceso de paz”, recordó. A lo que agregó “que este tipo de decisiones son necesarias para planear en medio de la tranquilidad los proyectos para el municipio. Es que Corinto, según datos oficiales, ha tenido por los menos 720 actos terroristas entre hostigamientos, ataques, carros-bomba, etc.”

Caldono, también ubicado al norte del departamento, registra por su parte 2.079 víctimas del conflicto armado y están en proceso de atención 1.655, según la información del RUV. El alcalde Pablo Piso, asegura que en épocas de repunte de la confrontación armada entre Estado y las Farc, se llegaban a registrar de dos a tres ataques a la semana.

La realidad actual, según han expresado tanto la población de estos tres municipios, como los mismos mandatarios, es que las acciones bélicas, desde que iniciaron las negociaciones, han estado en su mínimo expresión histórica. Situación que le atribuyen a la salida negociada del conflicto armado.

¿Cómo funcionarían las zonas de concentración?

El acuerdo define dos tipos de zonas de concentración: zonas veredales transitorias y campamentos de concentración. Las primeras son más grandes en extensión que los segundos, y cumplen algunas funciones diferentes.

Las zonas veredales y su extensión serán diferentes en los 23 lugares definidos en el acuerdo. Aquí los guerrilleros en proceso de desmovilización se concentrarán en un plazo de 180 días, que empezarán a contar una vez se firme el acuerdo final de paz. A estas zonas pueden ingresar autoridades civiles y particulares, pero no la Fuerza Pública, a excepción de casos especiales, como la ocurrencia de homicidios.

Además está prohibido el porte de armas y el sobrevuelo de aviones militares por debajo de los cinco mil pies de altura, según explicaron desde el Ministerio de la Defensa. Los guerrilleros concentrados en este lugar, que será de fácil acceso vial o fluvial, podrán realizar actividades productivas y acceder a programas educativos, pero no hacer política.

Mientras que los campamentos son más pequeños en extensión, de cuatro hectáreas máximo y estarán ubicado en zonas más apartadas. La función principal es ser un punto de encuentro de los grupos guerrilleros que están en la selva y será el lugar donde se dejarán las armas.

En estos, el ingreso de las autoridades administrativas o demás particulares estará restringido. Solo podrán hacer presencia los miembros de la comisión garante del proceso de desmovilización y entrega del armamento.

En todos estos puntos la vigilancia se ubicará a 1 kilómetro de distancia y no estarán ni la Fuerza Pública como tampoco la guerrilla. El cordón de seguridad lo cumplirá el grupo de verificación que es tripartito: gobierno, guerrilla y comunidad internacional.

En síntesis, durante casi seis meses, contados después de que se firme el acuerdo final de paz (día D), los cerca de 7.600 guerrilleros de las Farc se concentrarán en 23 zonas veredales y ocho campamentos en todo el país, para reincorporarse a la vida civil y entregar las armas. Lo que marcará el final definitivo de la guerrilla más vieja del mundo.