El sacrificio de Esteban


HAROLD MOSQUERA RIVAS

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En el proceso de protesta social que lideraron los estudiantes de las universidades públicas de Colombia, acompañados de otros estamentos y sectores, reclamando más presupuesto para la educación pública, en procura de salvar la única alternativa académica superior de los pobres en nuestro país, los estudiantes de la Universidad del Cauca debieron soportar la cuota de represión policial más dura del todo el país y como consecuencia de ello pusieron la cuota de sacrificio más alta.

Entre los perjuicios causados a los estudiantes de la Universidad del Cauca, la lesión sufrida por el joven Esteban Mosquera que produjo la pérdida de su ojo izquierdo, es un pago demasiado alto para lograr que se cumpla el mandato constitucional de garantizar la educación pública, razón de la justificada protesta.

Creo que debemos rechazar toda forma de violencia, pues la protesta es un derecho legítimo que se debe ejercer de manera pacífica, frente a lo cual la fuerza pública también debe abstenerse de utilizar sus armas en contra de quienes protestan de manera tranquila.

Esteban deberá seguir su carrera y su vida, cargando con el trauma físico y sicológico producido por aquella lesión. Pero para quienes queremos y defendemos la educación pública, será un símbolo de lucha, como también lo serán mañana sus interpretaciones musicales que siempre armonizaran con los sueños de esa juventud valiente que se mantuvo firme en sus reclamos, al comprender que era un momento histórico y que solo a través de la protesta permanente sería posible que el gobierno entendiera que no se podía esperar más.

Desde esta columna quiero enviar a Esteban un abrazo solidario y mis más sinceros deseos porque se recupere pronto y pueda de nuevo echar mano de las armas que siempre le han acompañado, sus ideas, sus principios y la música, herramientas que en este caso resultaron efectivas para convertir en realidad los objetivos del movimiento estudiantil.

A todos los estudiantes, profesores, empleados administrativos y demás organizaciones sociales que participaron del proceso, felicitaciones, pues esta debe ser la cuota inicial de los movimientos sociales que se adelanten para cambiar el modelo de salud que tanta gente está matando y que cada vez se hace más insostenible.

Esa realidad que se encuentran las personas que como Esteban deben ingresar por las urgencias de cualquier hospital público, que parecen verdaderos campos de concentración de países en guerra, reclama un cambio urgente, que ni el Congreso de la República ni el gobierno actual parecen interesados en resolver pronto el problema de la salud, mientras la gente sigue muriendo por omisión en la atención de enfermedades que tenían cura.

Esperemos que las protestas que en adelante se realicen sean pacíficas, que se puedan controlar para evitar la infiltración de personas violentas y que la fuerza pública no utilice las armas en contra de quienes solo caminan la palabra. Esperemos que los recursos logrados con tanta lucha, sean invertidos de manera eficiente y en beneficio de la causa por la que tanto se luchó, serán las instituciones públicas de educación superior de Colombia las que vayan dando cuenta de su ejecución adecuada, para honrar de esta manera todos los sacrificios que se hicieron para alcanzar esos recursos, entre ellos el de Esteban Mosquera.