Haciendo quedar mal a la Sergio

08:50 am 09-diciembre

HÉCTOR RIVEROS

@hectorriveross

El Presidente Iván Duque, el egresado más destacado de una Universidad seria y rigurosa como la Sergio Arboleda, en sus pocos días como Presidente ha esgrimido unas tesis jurídicas que no deben haber sido bien recibidas en la facultad de derecho, que ya es considerada una de las mejores del país.

La tapa claro fue la manera como conformó y defendió la terna para elegir un fiscal ad hoc en la que incluyó al decano de su facultad, un abogado también serio y riguroso.

Es cierto que ni en la ley, ni en la Constitución existe una regulación expresa para los casos en que el Fiscal y la Vice fiscal, como ocurrió en ése caso, se declaren impedidos y su declaratoria sea acepada por la Corte Suprema de Justicia. Lo cual no quiere decir como han dicho muchas personas que no haya normas aplicables, tan las hay que la Corte acepó el impedimento y pidió al Presidente que se integrase una terna para proceder a su elección con un encargo específico.

Para empezar, se va a elegir un Fiscal General, que, si bien tendrá un ámbito de competencia limitado, tendrá, para lo que concierne a su mandato, las facultades de un Fiscal General y, por supuesto, las inhabilidades, los impedimentos y etc. que están previstos para ese cargo.

Son entonces aplicables, en lo pertinente, las normas constitucionales y legales que se refieren al Fiscal General. Pero, además, la ley estatuaria de administración de justicia regula, con el nombre de conjuez, la situación que se genera cuando es necesario designar a una persona para que asuma transitoria y limitadamente funciones judiciales por razón de un impedimento de quien originalmente tiene la competencia.

La doctrina, la Corte Constitucional, el Consejo de Estado han señalado con toda claridad que quien asume esa función no actúa como un particular, sino como un servidor público, sujeto al régimen jurídico del funcionario judicial al que remplazan y que por tanto tienen, como ya se dijo, sus mismas atribuciones, responsabilidades, impedimentos y recusaciones y tienen derecho a una remuneración.

La designación de un fiscal ad hoc es completamente analógica a la de los conjueces y por tanto sus normas son aplicables, por analogía, que como la definen no los textos del derecho sino el diccionario del español es el “método por el que una norma jurídica se extiende, por identidad de razón, a casos no comprendidos en ella”. La jurisprudencia tiene suficientemente establecido que la analogía es una manera de sujetarse a la ley.

¿De dónde saca el Presidente Duque, y tantas otras personas, que: “dado que no existe ninguna reglamentación, no existe ninguna inhabilidad para el ejercicio de ese cargo porque, además, no es remunerado”?

El sistema de fuentes del derecho, que es entre oras cosas, el que determina las reglas para identificar las normas aplicables en un caso concreto, es un tema de introducción al derecho que en la Sergio y en todas las facultades de derecho se enseña en el primer semestre de la carrera.

Que una magistrada de la Corte Suprema de Justicia no podría ser designada Fiscal para reemplazar a los impedidos está expresamente en la Constitución cuando se refiere al Fiscal General. Quizás es justificable que el Presidente Duque no supiera que esa situación generaba además un impedimento en los oros magistrados para participar en la elección. Esa regla, que prohibió el yo me elijo u me eliges, es nueva y cuando se adoptó ya Duque estaba en campaña presidencial.

Que el encargo transitorio de funciones judiciales no puede recaer en un funcionario público, lo dice expresamente la ley y por tanto no es difícil determinar que se puede incluir en la terna a la Secretaría Jurídica pero que en caso de ser designada tendría que renunciar, y no, como parece entenderlo el Presidente, sólo si las ocupaciones fueran muchas.

Más allá de las reglas jurídicas, algo de sentido común, deberían llevar a Duque a creer que resultaría inaceptable, que, en un momento especial de crisis de confianza en la justicia, no puede ser una subalterna del Presidente quien, desde la Casa de Nariño, ofrezca imparcialidad e independencia, que es precisamente lo que se está buscando con la designación de un fiscal ad hoc.

Duque sabe, de primera mano, que la abogada Clara María González, era la que decía que era lo que se podía y que no en materia de financiación en la campaña de Oscar Iván Zuluaga, en la que se aceparon indebidamente recursos de la multinacional Odebrecht, cuyas actuaciones son las que generan la investigación que le corresponde adelantar al fiscal ad hoc.

¿Qué será lo que no se entiende para incluir a la Doctora González en la terna?

En esos cien largos días el Presidente Duque ha hecho oras afirmaciones que parecieran hechas para hacer quedar mal injustamente a la Sergio, que es la universidad más joven en haber logrado la acreditación de alta calidad.

Duque, por ejemplo, ha dicho, varias veces que piensa “obrar y suspender el levantamiento de las órdenes de captura” de los miembros de las Farc que no cumplan con los deberes derivados del acuerdo. Por fortuna, el Consejero para el Posconflicto que es un gran jurista le recordó sutilmente, en entrevista en Blu Radio, que esa no es una competencia presidencial y que las determinaciones las tiene que tomar la JEP.

Hace cinco días, Duque, por fortuna en una emisora de no mucha sintonía, reveló que  “tiene listo el decreto que dotará de herramientas a la Fiscalía General de la Nación, para ir por los bienes de los excombatientes de la extinta guerrilla de las Farc que no hayan sido declarados en la implementación del proceso de paz”.

No se si no se haya enterado pero ese asunto está para decisión de la Corte Constitucional en un asunto de resolución de conflicto de jurisdicciones que planeó el propio Fiscal General. Lo que sí debió haber pasado es que en la facultad le dijeron que la atribución de ese tipo de competencias es reservada a la ley.

La facultad de derecho de la Sergio está arriba en todos los rankings, ha sido señalada como la más innovadora y no me parece bien que quieran desprestigiarla.