Excelente jornada anticorrupción

ÁLVARO ORLANDO GRIJALBA GÓMEZ

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Con lo ocurrido en la consulta anticorrupción del pasado domingo, queda demostrado que una inmensa mayoría de colombianos queremos librarnos de una gravísima epidemia que corroe los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Jurisdiccional, que ha hecho metástasis no solo en el seno de estos, sino en gran parte de colectivos privados también, la corrupción.

Lo cierto es, quedó demostrado el desafecto y el antagonismo cada día mayor del pueblo, frente a esa clase política tradicional que ha sido inferior a las dignidades que ostenta y a las responsabilidades adquiridas con la comunidad que dice representar.

Las siete preguntas de la consulta votadas por más de once millones de colombianos por el sí, que no alcanzaron el umbral de los 12´140.342 de votos, es un mandato más que contundente de lo que piensa, quiere y exige esa gran mayoría, que el domingo anterior acudió a votar contra la corrupción.

Este ha sido un triunfo de la democracia que a través de uno de sus mecanismos constitucionales de participación para expresarse, la consulta popular, ha manifestado claramente su rechazo a la corrupción reinante en los estamentos del Estado Social de Derecho, que no quiere ver más al país sumido en las alcantarillas de la corrupción y clama a gritos para que retorne por los caminos de la ética y los valores morales, fuentes de todo bien para la institucionalidad de la patria.

A este triunfo aportaron quienes fueron promotores o promotoras del proceso de consulta, el Presidente de la República Iván Duque Márquez quien durante su campaña anunció una lucha abierta contra la corrupción e invitó al pueblo colombiano a votar contra ésta, lo que motivó a gran parte de esa inmensa mayoría que lo eligió, siguiendo su indicación, a hacerlo el domingo.

El cansancio del pueblo colombiano ante tanto robo descarado del erario público, ante tanta mermelada, ante tanto descaro en la contratación pública, ante la compra imperdonable de conciencias de magistrados de altas cortes, de carteles de toga, de jueces venales a todos los niveles, de investigaciones por corrupción en todas partes hasta en la propia Fiscalía, rebozaron la copa, y los colombianos conscientes de la necesidad de un cambio en las costumbres podridas de la política, decidieron salir a votar el domingo abiertamente contra la corrupción.

Fue una jornada tranquila sin refrigerios, sin buses trasportando votantes, sin compra ni trasteo de votos, fue una jornada limpia y trasparente, que ha sido el grito de alerta de más de once millones de gargantas contra los corruptos, para que la normatividad ya existente para morigerar la corrupción como la Ley 190 del Estatuto Anticorrupción, la Ley Penal y otra serie de normas se cumplan y se expidan otras que acaben con este flagelo que azota como la peor peste de todos los tiempos a la sociedad colombiana.

El país estrena un nuevo gobierno con un presidente joven, con carácter, como lo está demostrando, cumpliendo y haciéndose presente en dónde se le necesita, orientando su mandato al cumplimiento de lo expresado en campaña para demostrar su seriedad y compromiso con todos los colombianos, abriendo puertas para el diálogo, el entendimiento y la unión de los colombianos.

Estamos seguros que no desmayará en su empeño de luchar contra la corrupción, a cuyo propósito debemos unirnos todos sin distingos de razas, credos, clases sociales, la Iglesia Católica, las iglesias Cristianas, las organizaciones de todo tipo, si es que de verdad queremos un país sólido, sobre los fundamentos de la moralidad, la Ética y el Derecho, que nos permitan visionar una sociedad libre de las ataduras de la corrupción causa de todos los males que hoy nos afectan por todas partes, en lo público y en lo privado por igual.

Luchar contra la corrupción es ayudar a construir un mundo nuevo de justicia, equidad y equilibrio social.

Excelente jornada la del domingo pasado.