Editorial: Yerry Mina avanza en su sueño

Este jueves el Barcelona sale por una nueva jornada de Copa del Rey en España frente al Valencia. Desde comienzos de semana se ha especulado de la lesión de Piquet, lo que aceleraría el debut de Yerry Mina, el hombre de Guachené, Cauca, en el equipo azulgrana.

Antes del 19 de diciembre del año 2006, dicha tierra de donde proviene Yerry, era contada como un corregimiento del municipio de Caloto. Aquella población, si no es la más golpeada en medio de 50 años de conflicto armado en Colombia, al menos debe estar en la lista de las diez que más han sufrido la barbarie de la guerra y la lucha por el control de los cultivos ilícitos. Aquello aún repercute en las difíciles condiciones con las que allí se vive, pues la pobreza y el abandono estatal han hecho lo suyo.

La historia del nuevo central del Barcelona, al igual que la de Juan Guillermo Cuadrado, hoy figura de la Juventus de Italia, oriundo de Necoclí, y la del mismo Carlos Sánchez, proveniente del Chocó, departamento extremadamente pobre, es una historia sufrida, llena de obstáculos y rodeada por el fragor de las balas que han segado la vida de muchos amigos y compañeros de colegio. Aún así, Yerry, y quien fuera bautizado en honor a aquel famoso dibujo animado de los 90, jamás se ha dado por vencido. Luego de sobrevivir con 40 mil pesos al mes, a punta de gaseosa y pan coco en el Pasto de Flabio Torres, Mina llegó al Santa Fe de la fría Bogotá, a donde ganó todo y se consagró como titular indiscutible, y de donde daría el salto al Palmeiras de Brasil, conquistando al mundo y al club catalán que pagó más de 11 millones de euros por su pase.

Hoy, Mina espera jugar al lado de Messi, de Suárez, de Iniesta, y a sus escasos 23 años, podría decir que sabe dónde está parado, pues a pie limpio en medio de su presentación, caminó el mítico Camp Nou, levantó su mirada al cielo, agradeció y como lo indicara la Biblia en uno de sus pasajes, demostró su grandeza a través de un sencillo, pero espontáneo gesto de humildad. Todo lugar que pises con la planta de tus pies será tuyo, dice Deuteronomio 11:24.

Desde aquí no queda más que desearle muchos éxitos, al igual que a la Roca Sánchez, quien probablemente tenga mayores posibilidades de jugar el día de hoy. El orgullo que perdemos a diario con los políticos y las situaciones poco amables y trágicas dignas de Macondo, gente como James, como Falcao, como Cuadrado, y como Mina, nos lo devuelven. Aun sin haber jugado y sin haber ganado nada, el gran Yerry ya ganó mucho.