QUINTERO EN HIDROITUANGO: ¡CINISMO IN EXTREMIS!

Columna de opinión

Por: Alvaro Ramírez González

Hoy no tengo duda de que Daniel Quintero llegó a la Alcaldía de Medellín con la misión de dividir a la sociedad Medellinense, a sacudir y desbaratar, la estructura corporativa de EPM, que ha mantenido a esa Empresa en la cima de logros, gerencia y utilidades, y que le han dado al Municipio de Medellín muchos billones por dividendos.

Gracias a esos dividendos que EPM, le ha transferido a Medellín, esta ciudad está a la vanguardia del país, en obras civiles y trabajo social, en los barrios más pobres del Área Metropolitana.

Igual llegó Quintero a desafiar e intentar desprestigiar al GEA (Grupo Empresarial Antioqueño), acusándolo de mil barbaridades entre ellas, haberse enriquecido a costillas de Medellín y EPM.

Un ataque cruzado y confuso.

Pero claramente intencionado.

¿Poner la caja de EPM, al servicio de su política y sus delirios presidenciales?

Pero no entendió Quintero que el GEA, es hoy un grupo Empresarial donde están 250 mil accionistas antioqueños y de todas las esferas del país y del mundo.

Y que ese GEA, es el símbolo más alto de la tenacidad de los Antioqueños.

Y orgullo de la raza.

El artículo de Guillermo Vélez Álvarez en el Colombiano define clara y cronológicamente los abusos y las mentiras de Quintero, en el desarrollo de la mega obra.

Lo de Hidroituango fue el atentado más brutal contra el estructura financiera de la Empresa dueña del proyecto, y de EPM.

El 30 de mayo del 2018 Quintero escribió “Hidroituango es el símbolo del fracaso del capitalismo del siglo XXl”

Lo hizo cuando la junta de la Hidroituango, decidió inundar la casa de máquinas para evitar el colapso de la misma.

Después dijo: “Hidroituango es un proyecto fallido lleno de corrupción y de mentiras. ¡Filtración de agua por base de la presa sólo lleva a presagiar lo peor!”

Escribió el columnista Guillermo Vélez, “Quintero se regodeaba con la inminencia de una tragedia que le venía como anillo al dedo a sus proyectos políticos”

A pesar de que una firma internacional especializada, conceptuó, que se trataba de un accidente y Mapfre la aseguradora aceptó pagar el siniestro y de hecho empezó de inmediato a pagarlo, Quintero en su mitomanía irresponsable, decidió en la Junta de EPM, que se trataba de “mala ingeniería”

Ordenó a Hidroituango demandar a los contratistas.

Pero, oh sorpresa.

El contratista era el mismo EPM, dueño de la mitad de Hidroituango.

Por eso la demanda hasta hoy está inadmitida.

El camino que Quintero y su Junta de incondicionales en EPM, le trazaron al proyecto era la quiebra total.

Y la ruina para el mismo EPM.

Demandar a los contratistas era una locura, por que el gran contratista era el mismo EPM.

Y demandar a unos subcontratistas como Coninsa Ramon H, Conconcreto, Integral, y la brasilera Camargo Correa, era una batalla de muchos años, contra unas Empresas con una larga y sólida trayectoria en ese tipo de obras.

Y con un acervo probatorio escuálido frente a las memorias técnicas, que elaboran y guardan con todo el cuidado técnico esas Empresas de alta Ingeniería. Y un gran blindaje legal.

¡Una pelea para perder!

Las finanzas y los compromisos contra actuales de Hidroituango, no podían esperar.

Era cuestión de pocos meses.

La mano inteligente y conciliadora del Presidente Ivan Duque, hizo el milagro en Madrid, no solo con el gobierno Español, sino a través de este, con la Aseguradora Mapfre, que decidió, hacer caso omiso de las burradas de Quintero, y asumir el pago del siniestro.

Eso salvó la obra y activó su terminación.

Hoy cuando se prenden las turbinas, Daniel Quintero, con el casco de ingeniero puesto, se pavonea, asiste a la obra, se toma fotos, opina, abraza a los operadores, y reclama a Hidroituango como un triunfo suyo.

Hidroituango existe hoy y está entrando en operación, a pesar de Daniel Quintero!

¡Cinismo in extremis!

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