Popayán: historia y cultura – Francisco José de Caldas

El payanés y prócer de la Independencia de Colombia, Francisco José de Caldas, se destacó por su sabiduría y lucha en pro de la libertad del territorio y de sus habitantes. 

Por: Mario Pachajoa Burbano

E

l 29 de octubre de 1816, el Sabio Caldas fue fusilado en Santafé. Francisco José nació en Popayán en octubre de 1768 (1771?). Sus padres fueron el español José Caldas García de Camba y Vicenta Tenorio y Arboleda. Entre los numerosos escritos que hay sobre el Sabio, transcribimos párrafos del de Vergara y Vergara en su libro «Historia de la literatura».

» … Caldas había emigrado a Antioquia después de la derrota sufrida por su ejército el 9 de enero de 1813 en Santafé. En aquella provincia fue comisionado como coronel de ingenieros para fortificar los pasos del Cauca, porque Sámano acababa de ocupar el territorio vecino. Caldas prestó entonces grandes servicios civiles y militares. Estos fueron verdaderamente útiles a la patria: aclimatación de artes europeas aplicables a la guerra de independencia, que era entonces la necesidad del país. Montó una fábrica de pólvora, una fundición de cañones, una máquina de taladrar fusiles y una Casa de Moneda. No había, por de contado, máquina ninguna, ni elementos para hacerlas, ni modo ni tiempo para pedirlas a Europa; y además, el nuevo ingeniero militar, que había vivido entre las artes sedentarias de la paz, no conocía aquellos ramos.

Pero el hombre que por carecer de barómetro había ideado el método de medir las alturas por medio del agua hirviendo, no podía detenerse por tan poca cosa. No había máquinas; las hizo. No las conocía, las inventó, y todas ellas sirvieron perfectamente. En 1814 abrió en Medellín el primer curso de estudios de la Academia de Ingenieros; pero en el año siguiente fue comprometido por el Gobierno nacional a que viniera a Santafé con su familia a fundar una escuela militar. Tenía ya una familia; nos habíamos olvidado de decirlo, y el modo cómo la obtuvo, ayuda a completar la pintura de su carácter. Sus amigos le hicieron presente que le convenía crear un hogar y fijar su suerte. El, que era virtuoso, y que sabía que ¡Ay del hombre solo! encontró puesto en razón el consejo. Pero era el caso que sus queridas ciencias no le dejaban lugar para enamorarse, ni mucho menos para galantear a una novia; resolvió el problema encargando a un amigo de su ciudad natal que le buscase una mujer de ciertas condiciones. Tal fue el modo cómo se verificó su matrimonio; fue padre, gozo inefable para su alma afectuosa y ardiente; pero desgraciadamente no tuvo sino un hijo varón, que murió en la infancia por su precoz desarrollo intelectual y tres hijas, Carlota, Ana María y Juliana.

Por ese tiempo acababan de ocupar las armas españolas, victoriosas y en todo el territorio, la capital del reino; las fuerzas republicanas se dividieron; las unas al mando del Presidente Madrid, siguieron para el sur y las otras con Serviez a Casanare. Supo Caldas todo esto, y emigró buscando una salida por Buenaventura. No pudo embarcar, regresó y fue aprehendido con su amigo Ulloa en la hacienda de Paispamba. El Jefe aprehensor (patiano Simón Muñoz) le propuso en el camino que se fuera a Quito, donde dominaba Toribio Montes, jefe español, humanitario y generoso. Caldas rehusó porque no pudo obtener igual favor (aquel favor era la vida) para sus compañeros de prisión. En Santafé fue juzgado militarmente: confesó todos sus trabajos en favor de la independencia, pero pidió la vida mientras concluía los trabajos de la expedición botánica, aunque fuera en un calabozo y con una cadena. Los miembros del Consejo se conmovieron, pero no podían deliberar: la orden superior era la de pronunciar sentencia de muerte y fue pronunciada. Aún se añade, no sabemos si calumniosamente, que Pascual Enrile puso a su solicitud de prórroga para su vida, este bárbaro decreto: «Negada. La España no necesita de sabios.»

Caldas fue puesto en capilla; al día siguiente las balas de los soldados del rey absoluto debían partir aquella cabeza sublime; ese pecho en que latía tranquilamente un noble corazón …. Cuentan que durante su prisión tomó un carbón extinto de una fogata de la guardia, y escribió en la pared una ¡Oh larga y negra partida! que sus compañeros de martirio leyeron de corrido, al pasar, días después, cuando recorrían el mismo camino mortal. Hasta el último momento tuvo ingenio y poesía, aún para escribir aquella lacónica, triste, resignada y misteriosa despedida a la vida y a la ciencia, que era su verdadera vida. El 29 de octubre de 1816 fue pasado por las armas, en la plazuela de Santo Francisco junto con Ulloa. Su cuerpo fue enterrado en fosa común en el suelo de la iglesia de la Veracruz. Sus bienes fueron confiscados. Sus bienes eran sus manuscritos, una imprenta y el ajuar de su familia. El sacrificio del Sabio Caldas, ese crimen atroz de crueldad y barbarie, bastaría, en nuestro concepto, para justificar la ¡La guerra de la independencia! … «

Un comentario sobre «Popayán: historia y cultura – Francisco José de Caldas»

  1. Toda esta tragedia, como lo es toda guerra civil, se encona aún más en el alma hispana, por su excesivo apasionamiento, el Reino Unido y los Estados Unidos se enfrentaron, hasta con incendios en la Casa Blanca y el Capitolio, aunque poco tiempo después se reanudaron las relaciones fraternas , hasta el día de hoy, mientras que en Hispanoamérica fue tal la tragedia que se pretendió eliminar toda relación con la Madre Patria, y que al convertir el más extraordinario Imperio por su desarrollo, y humanismo (única cultura que fomentó el mestizaje) , en un puñado de republiquetas, que solo ha beneficiado, al mundo anglosajón, y lo más grave un drama en la identidad, hasta el punto de preferir ser llamados latinoamericanos, para ocultar la hispanidad, lo que crea seres acomplejados, sin autoestima, que se deleitan en el auto desprecio, algo que otras culturas han comprendido, para que los mejores talentos, emigren, y se pierda lo más valioso, en beneficio de otros, y que conlleva que nuestro atraso, no tenga perspectiva de mejorar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.