Popayán, historia y cultura

POMPILIO VARELA LARRAHONDO

***Lunes 21 de mayo, 2001
De: Mario Pachajoa Burbano

https://www.geocities.ws/pachajoa2000/pompi.jpg

Destacado Pompilio Varela es miembro del Club Popayán. Algunos payaneses muy jóvenes nos preguntarán ¿Quién es Pompilio Varela? Respuesta sencilla: Pompilio fue un mesero, por muchos años, muy conocido, amigable, bonachón del …. ¡Club Popayán! Veamos como nos lo cuenta Juan Carlos Iragorri, Redactor de El Tiempo, en su edición del 21 de mayo:

“”” … De mesero a socio del Club
Por: Juan Carlos Iragorri , Redactor de EL TIEMPO, POPAYÁN

Pompilio Varela es una prueba de que la de Popayán no es una sociedad tan excluyente como la pintan.
Quizás en ninguna otra ciudad del país, con familias de tanto linaje, ha pasado lo que con este hombre que acaba de cumplir sus 96 años. Después de haber sido el barman más querido del Club Popayán “algo así como el Jockey Club santafereño”, la junta directiva de la entidad decidió nombrarlo nada menos que socio honorario.
“Eso es algo que dudo se hayan atrevido a hacer en los clubes sociales más elegantes de Colombia”, afirma un viejo socio del Club Popayán, que pidió la reserva de su identidad, pese a que lleva los apellidos de media docena de próceres caucanos. “Lo que sucede es que se ha vuelto un lugar común que se diga que los popayanejos somos ‘estirados’, y eso no es cierto”, agrega.
Lo increíble del caso es que desde su nombramiento hace 16 años como socio honorario, Varela habría podido entrar todos los días a los elegantes salones de la céntrica casona del Club, para tomar whisky con los Simmonds, los Mosquera, los Arboleda y el resto de eso que llaman la ‘crema y nata’ de la sociedad popayaneja. Nunca lo hizo. A duras penas entraba al recibidor de la planta baja para leer el periódico local El Liberal.
Primero fue conductor
Varela, que nació en Cali y que no sale ya de su casa por los achaques de salud, llegó a Popayán hace 65 años. “Fue un día que me contrató en Cali el doctor Luis Carlos Iragorri, que no sabía conducir, para que le manejara un Buick negro hasta Popayán. La idea era que yo regresara a los dos días cuando él consiguiera un conductor. Pero me quedé toda la vida”, cuenta.
Varela trabajó con Iragorri y su esposa, Rosa Zamorano Simmonds, durante varios años. Al morir ella, Iragorri, que era presidente del Club, lo contrató como jefe de meseros. “Me enseñó cómo servir y así pude darles trago sin problema a presidentes como Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras y Mariano Ospina Pére”, recuerda. En el día, Varela daba clases de conducción y cuidaba a los niños que jugaban en la piscina del Club. Muchos popayanejos que después brillaron en la política tuvieron que someterse a sus regaños.
Ministros de carácter recio, como Aurelio Caicedo Ayerbe, Juan Jacobo Muñoz, Carlos Lemos Simmonds y Reinaldo Muñoz Zambrano, le contestaban de niños: “sí señor”. Y le obedecían con la cabeza gacha. “El lío” dice la señora Stella Simmonds de Perafán” es que después, cuando crecimos, lo contratábamos para servir la cena y los licores en las bodas de la ciudad, y él, que nos veía todavía como niños, a veces se negaba a darnos una copa o nos regañaba por tomar. Pero siempre le obedecíamos”.
El día en que se propuso en la Junta Directiva su nombramiento como socio honorario, de inmediato se escuchó un sonoro pupitrazo de aprobación. “Pocos en Popayán tenían tanto derecho como él a ser miembros del Club, al que le dedicó 20 años”, concluye el historiador Diego Castrillón Arboleda. … “””

***
POMPILIO VARELA LARRAHONDO: II

Jueves 31 de mayo, 2001
De: Mario Pachajoa Burbano

Payaneses ilustres:

La nota sobre Pompilio Varela (21 de mayo) ha inducido otras, entre las que reproducimos las siguientes:

*CARLOS CESAR PERAFAN: ” ¡¡¡Precioso escrito!!! … ”

*RAFAEL TOBAR GOMEZ: “Interesante artículo”

*GLORIA SEGURA ZUÑIGA: “Merecido reconocimiento a Pompilio nuestro vecino de toda la vida en la calle 4 con carrera 11 hasta que el terremoto nos hizo buscar otro apartamento porque la casa en que vivíamos se cayó. Una bella casa con patio lleno de matas y ventanas acodadas. Pompilio vivía frente y lo recuerdo pues creo que enseñó a manejar a medio Popayán. gracias. por este artículo. saludos … ”

*AMALITA GRUESO DE SALAZAR:
” Me ha dado gran emoción y al mismo tiempo he sentido algo de nostalgia al leer el artículo sobre Pompilio. A Pompilio lo conocimos desde la niñez, siempre lo vimos actuando en el Club, en la casa y en todas nuestras actividades sociales. El era el gran profesor que nos enseñó a manejar a la gran mayoría de la juventud. Eran horas muy gratas aquellas en que Pompilio nos daba sus instrucciones y nos hacía manejar por las calles de Popayán y por el Barrio Modelo y autopista. El relato que hace Juan Carlos Iragorri describe a Pompilio con lujo de detalles y en más de una oportunidad él nos regañaba con cariño y nos ayudaba en todas las pilatunas de juventud. Recuerdo que papá lo quería mucho y en todo momento lo distinguía, primero cuando ocupó el cargo de Administrador del Club Popayán, después cuando fue su Presidente y posteriormente desde la Junta Directiva del Club.

En muchas ocasiones cuando se reunían en el Club personas tan queridas, entre otros como Adolfo Zambrano, Antonio Zambrano, Don Alejo González, Juan María Caicedo, Benjamín Iragorri, Edgar Simmonds, Lucio Guzmán, Edgar Penagos y uno pasaba por el Club, Pompilio me decía: ” Vaya Amalita que allá está su papá”. La víspera del terremoto de 1983, estaba en el Club después de la Procesión del Miércoles Santo y llegó Pompilio a la mesa en donde estabamos con el Padre Javier Sanín, S.J., con Ricardo León Arboleda y María Mercedes Simmonds entre otras personas, a decirme: “Mire Doña Amalita Don Hernando la está llamando”. María Mercedes le dice: Pompilio dígale a Hernando que Amalita está con nosotros y que ahora la llevamos. Muy justo todo el homenaje que se le haga a Pompilio a quien queremos mucho y estoy de acuerdo que ese cariño lo hemos recibido de nuestros progenitores y así mismo lo hemos ido pasando a nuestra descendencia. Con un saludo especial, AMALIA GRUESO DE SALAZAR … “””

GUERRA CIVL DE 1860
De: Mario Pachajoa Burbano

Un día como hoy, 28 de enero de 1860, se reveló Cartago contra el gobierno legítimo del Estado del Cauca, del cual era Presidente el General Tomás Cipriano de Mosquera, iniciándose la más terrible conflagración política que estuvo a punto de llevarse a Colombia a la disolución total y que determinó el cambio más substancial en nuestra historia política. En la mencionada fecha, el coronel Pedro José Carrillo, militar al servicio del gobierno Confederado de Mariano Ospina Rodríguez y a quien se le comisionó para recoger armas de propiedad de la Confederación que estaban en las manos de los particulares, desconoció la autoridad de Vicente Gutiérrez, Gobernador de la provincia del Quindío y recién designado por el General Mosquera. El meritísimo prócer payanés General Pedro A. Murgueitio, quien residía en aquella población, quiso mediar pacíficamente , mas sus generosos propósitos no sirvieron sino para hacerlo inmolar de modo bárbaro. Conocedor de estos hechos, Mosquera nombró al General José María Obando jefe de las fuerzas del ejército del Cauca. Previamente, los generales Mosquera y Obando se habían reconciliado después de décadas de un doloroso y largo enfrentamiento.

El 22 de febrero de 1860, las tropas de Obando y Carrillo se encontraron, cerca de Buga, en la hondonada de “Quebrada Seca”, de la que se desprende la escarpada altura de el “Derrumbadero”. La lucha fue ardua y finalmente se impuso el ejército de Obando y durante los siguientes días consolidó la tranquilidad y comunicación con Bogotá y responsabilizó al gobierno de Ospina de lo acontecido. El 8 de mayo del año citado, Mosquera expidió el célebre decreto por el cual “Desde hoy el Estado del Cauca asume la plenitud de su soberanía y no continuará en relaciones con los poderes nacionales que han roto el pacto federal, hasta que restablecido el imperio de la Constitución se restituya con la “unión federal” a los estados el goce de los derechos que se les han usurpado”. Esta guerra fue larga, cruel, sanguinaria, numerosos e injustos fusilamientos, asesinatos, macabros desfiles; arruinó a la naciente nación, incluyendo las familias Mosquera y Arboleda. Durante la misma, perdieron la vida, entre otros miles de conciudadanos, el General José María Obando (29 de abril de 1861) y Julio Arboleda Pombo (13 de noviembre de 1862). Terminó esta etapa triste, el 4 de febrero de 1863, con la Convención de Rionegro, convocada por el General Mosquera en su carácter de Presidente Provisorio y Supremo Director de la Guerra. Ese día inició su alocución diciendo: “Ciudadanos, diré como Washington, hoy es mi día; he instalado la convención nacional y entregádole el poder supremo que me confiaron los pueblos y a su nombre el congreso de plenipotenciarios”.

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