Origen del homo sapiens

FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO

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DE ANIMALES A DIOSES, monumental tratado de Yuval Noah Harari, donde expone magistralmente las tres revoluciones que afectaron a los humanos e integran la Historia: la cognitiva, la agrícola y la científica, con períodos de 70 mil, 12 mil y 500 años, respectivamente. Desde el comienzo hasta el final sostiene que homo sapiens era un “animal insignificante”; transformado, posteriormente, en amo del planeta y terror del ecosistema; y hoy, con capacidades divinas de creación y destrucción.

En El Origen del Hombre (Ed. Diana, 1953), Darwin aseveró que “El hombre tiene un origen ínfimo”. Explicó que el dispositivo interno que posibilita el ascenso evolutivo de una especie a otra más desarrollada lo configuran dos fases: i- la mutación genética, al azar; y, ii- el ambiente o selección natural, necesario. Francisco J. Ayala, evolucionista ortodoxo, afirma en Evolución (Ed. Planeta, 2012): “Somos animales especiales y únicos en el planeta”. Robert Boyd y Joan Silk, niegan el origen primate de los sapiens, en Cómo Evolucionaron los Humanos (Ed. Ariel, 2004): “La antigüedad y la singularidad de las características primitivas y derivadas de Toumai (Sahelántropo) demuestran que la evolución humana no siguió una progresión sencilla desde un Simio a un Humano”. Procedemos de un mamífero especial, muy evolucionado en su ADN. Nos adscribimos a la formulación dialéctica que implica un salto del ascenso reptil al mamífero y, de éste, al humano. En El Hombre Devaluado por Darwin (Digiprint Editores, 2016), Mauro Torres asegura: “[E]l Reptil Terápsido lleva en sí al Mamífero y éste al Humano, lo Mamífero niega lo Reptil y, lo Humano, niega lo Mamífero”.

La condición de existencia de los mamíferos fue la desaparición de los reptiles terápsidos y la exigencia de transformarse en homínidos -únicos mamíferos con suficiente élan genético para evolucionar indefinidamente y producir mutaciones traducidas en cambios morfológicos, fisiológicos y comportamentales. Las poblaciones humanas evolucionaron en diferentes direcciones, siendo resultados las distintas especies -del homínido surgieron los Sahelántropos, Neanderthalensis, Erectus, Habilis, Soloensis, Floresiensis, Rudolfensis, Homo Sapiens, Barbarus, Civilizados, Mestizos, etc.- Los gorilas, chimpancés y orangutanes exclusiva y excluyentemente procrean a sus ídem, sin evolucionar, con pasado pero sin futuro.

Una mutación genética originó las neuronas creadoras hace 170 millones de años; los mamíferos empezaron a soñar, traduciéndose en estado de vigilia en astucia, ingenio, recursividad, para superar con éxito los obstáculos del medio ambiente. Hace 65 millones de años los mamíferos tupayas que tenían su nicho ecológico en el suelo, atraídos por las angiospermas (frutos) formaron el nicho arbóreo que les permitió continuar evolucionando. El homínido protohumano X nació bípedo y erguido. Darwin pensó equivocadamente que la inteligencia era el arma principal de los humanosignorando su formidable imaginación creadora, predominante durante 5 millones de años sobre el hemisferio izquierdo, expresada al término del paleolítico superior en neuronas racionales, reflexivas, verbales y conscientes. El protohumano X recaudó la afluencia de creatividad acumulada por los mamíferos desde que comenzaron a soñar y el impulso genético para revolucionar a los homínidos hasta llegar a los homo sapiens. Se concluye que el protohumano X es un mamífero privilegiado, origen del ser humano de estirpe opuesta y superiorísima a la de los simios primates.