La última diva de la edad de oro de la música afroamericana

Se fue Aretha Franklin, una potente y rítmica voz que puso a cantar a Norteamérica.

Por: María Alexandra Méndez Valencia

Especial para El Nuevo Liberal

Aretha Franklin fue una de las cantantes más talentosas de todos los tiempos, cuya inigualable voz siempre nos ha inspirado para escuchar buena música y hasta para expresarnos por medio del baile. No solo su talento fue lo que logró llevarla hasta lo más alto de la cima sino también su espíritu joven e indomable que en su época dio mucho de qué hablar.

Con motivo de su reciente fallecimiento, rendimos tributo a su memoria recordando su vida y obra.

Primeros años y adolescencia

Aretha Louise Franklin nació el 25 de marzo de 1942 en Memphis, Tennesse. Se crió dentro de una familia fuera de lo común dentro de la sufrida comunidad negra de Estados Unidos.

Fue hija de la pianista Bárbara Siggers y de un predicador, el Reverendo Clarence La Vaughn Franklin, destacado líder baptista que llegó a ser una celebridad por sus contactos y sermones que registró en discos que se vendieron por miles. La joven Aretha, que también tenía dos hermanas y dos hermanos, se mudó con cuatro años a Detroit y creció marcada por la fuerte personalidad de su padre pastor, al que llamaban ‘El príncipe negro’ o ‘El predicador de la voz de oro’.

Y, a diferencia de muchos cantantes de blues y jazz anteriores, vivió con dinero y rodeada de comodidades, tanto que pudo disponer de un piano en su casa y aprendió a tocar por su cuenta, toda vez que su madre abandonó el hogar a consecuencia de los líos de faldas y el carácter severo del pastor cuando Aretha tenía apenas 6 años. Su madre continuó siendo una persona presente en su vida hasta que murió años después.

Entonces, la cantante se vio acompañada de una de sus tías Mahalia Jackson, la prodigiosa artista góspel y amiga de la congregación del padre. Aquel hogar terminó por ser un fortín en Detroit, un lugar de encuentros afroamericanos influyentes en el movimiento de los derechos civiles como Martin Luther King, y cantantes como Clara Ward, Sam Cooke, Jackie Wilson.

Movida por el ímpetu religioso de su padre, la voz de Aretha Franklin, surgió en la grandeza del góspel. Era una niña cuando empalmaba las ceremonias festivas de los sábados en la noche con las misas de los domingos en las mañanas. Fue en la iglesia donde se dio a conocer con su “maravillosa voz”. Durante los días de desafueros y violentas persecuciones racistas, la iglesia más allá de su doctrina y evangelización, se convirtió en un refugio para la comunidad negra, porque las canciones fungían como un bálsamo liberador y ese espíritu de lugar inviolable frente a los desajustes de la sociedad, seguía vigente en la segunda mitad del siglo XX entre la Norteamérica segregacionista contra la que se rebelaron Rosa Parks, al no ceder su asiento y el propio Luther King.

Con su potente voz y las teclas del piano, Franklin reclamaba espacios vedados para la comunidad afroamericana. Apenas tenía 15 años cuando grabó sus primeras canciones y cantó con los Soul Stirrers y Sister Rosetta Tharpe.

Ascenso a la fama

Pese a su éxito en el góspel, no se quedó en la iglesia. A finales de los 50’s, Sam Cooke logró llevar el legado afroamericano al pop con canciones como ‘You send Me’.

La joven cantante se interesó en ello. Sin la aprobación de su progenitor, Franklin quiso romper esquemas con tan solo 18 años al firmar en 1960 con Columbia Records, el gigante discográfico de Nueva York donde fue apadrinada por John Hammond, el cazatalentos que años antes descubrió a Billie Holiday y Count Basie y que iba a tardar muy poco en dar a conocer a Bob Dylan.

En palabras de Hammond: “Aquella chica estaba llamada a ser una gran estrella”. De esta forma, álbumes como ‘The electrifying Aretha Franklin’, ‘The Tender’, ‘The Moving the swinging Aretha’, ‘Running cut of fools’, se grabaron bajo patrones del jazz vocal de los 50’s, impregnados del sabor nocturno y refinado del sonido del club.

En 1966 Franklin llegó a la disquera ‘Atlantic Records’, la mayor discográfica independiente de Estados Unidos. Su presidente Ahmet Ertegan, y su mano derecha el productor Jerry Wexler, estaban en sintonía con la visión de Hammond sobre la artista.

Pero veían algo más, entendieron e hicieron comprender a Franklin que ella era su propio género musical, más allá de los rigores del jazz y el rhythm and blues. Entonces, la cantante exploró un territorio nuevo, el del soul, que es un género musical que combina elementos del góspel, del doowop y del rhythm and blues.

En síntesis, es una fusión que surgió de las iglesias afroamericanas, así como el R y B y el pop. Este tipo de música fue un medio de expresión desde finales de los 50’s de un sector de la sociedad en condiciones de extrema pobreza.

El estrellato

Acompañada de la excelente sensación rítmica formada por blancos de los estudios FAME, la cantante hizo historia entre 1967 y 1968 con obras maestras como ‘I never loved man’, ‘The way I loved you’, ‘Aretha Arrives’, ‘Lady soul’ y ‘Aretha now’. Estos discos definieron el soul en todo su énfasis, por tanto, aquellas sesiones en Muscle Shoals son uno de los pasajes más fascinantes de la historia de la música popular.

Su estrellato llegaba en plena contienda social. Su voz, emblema de sublevación y del espíritu golpeado de los afroamericanos que luchaban por posibilidades reales de cambio en una nación que habían sido racista desde su constitución y que había soportado una guerra civil por esta causa.

Además, estaba presente la incapacidad de Estados Unidos, país de inmigrantes, para asimilar a los descendientes de los antiguos esclavos a su crisol de grupos étnicos.

Aretha Franklin, eclipsó a figuras como Nina Simone, que, siendo más combativa políticamente con temas como ‘Mississippi Goddamn’, no alcanzó nunca las cotas de éxito de Franklin con himnos como ‘Respect’ y ‘Think’.

En 1968, a petición popular interpretó ‘Precious Lord’, en el funeral del asesinado líder Martin Luther King, confirmando el carácter simbólico de su figura en la historia estadounidense.

Muerte y funeral

Aretha Franklin, falleció el 16 de agosto de 2018, a causa de un cáncer de páncreas, a los 76 años de edad. Será sepultada el 31 de agosto en el Cementerio Woodlawn en Detroit, junto a su padre el Reverendo C. L. Franklin; sus hermanas Carolyn y Emma; su hermano Cecil y su sobrino Thomas Garrett. Al Funeral asistirán personalidades del mundo de la política y del arte como Bill Clinton, el Reverendo Jesse Jackson, los cantautores Stevie Wonder, Cha Ka Kan, otras artistas como Yolanda Adams, Jennifer Holliday y la orquesta y coro de la propia Aretha, entre otros.

Aunque el funeral de Franklin será privado, el público pudo despedirse de la reina del soul los días 28 y 29 de agosto, cuando su cuerpo fue expuesto al público en el Museo de Historia Afroamericana Charles H. Wright.

Nexos con el poder

Aretha Franklin tuvo amistad y fue admirada por muchos políticos de su país, tanto que cantó en las posesiones de los expresidentes demócratas Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama. También lo hizo para el Papa Francisco durante el “Encuentro Mundial de Familias”, que se llevó a cabo en Filadelfia en 2015.

Premios y reconocimientos

El 3 de enero de 1987, fue la primera mujer incluida dentro del ‘Rock and Roll Hall of fame’.

En septiembre de 1999, se le otorgó la ‘Medalla Nacional de las Artes’, por el Presidente Bill Clinton.

2005, el Presidente George Bush, le otorgó la ‘Medalla de la Libertad’.

2005, la Revista Rolling Stone la situó en el puesto 9º dentro de los ‘100 mejores artistas de todos los tiempos’, siendo la primera mujer en la lista.

El 13 de mayo de 2006, fue nombrada “Doctora en Música”, por el Berklee College of Music.

El 5 de octubre de 2006 fue premiada con el ‘Golden Nest Award’, a una leyenda en el ‘African Musical Award’, verificado en Dakkar, Senegal.

El 14 de mayo de 2007, recibió el título de ‘Doctora en Música’, por la Universidad de Pennsylvania.

El Estado de Michigan declaró su voz como ‘Tesoro natural’.

Fue la persona más joven en recibir con su nombre un ‘Kennedy Center Honor’.

Fue la primera mujer afroamericana en aparecer en la portada de la Revista Time.

En 2008 fue elegida por la Revista Rolling Stone como la mejor cantante de todos los tiempos.

Fue la mujer con más premios Grammy de la historia, detrás de Alison Krauss. Franklin obtuvo desde 1967 hasta 2008 un total de 17 Grammys.