Mitos y verdades sobre el VPH

JAIME BONILLA MEDINA

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La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual (ETS) más frecuente que existe en el mundo. Estadísticas informan que el 80% de la población la ha padecido o la padece. La evolución, por lo general, toma tres caminos, mencionados más adelante.

Muchas son las falsas creencias inventadas alrededor de la misma enfermedad y su vacuna. Recordemos el impase ocurrido (2014) en la población Carmen de Bolívar, cuando unas colegialas fueron vacunadas contra el VPH y, posteriormente, desarrollaron una serie de desvanecimientos atribuyéndolos a efectos de la vacuna. Esto llegó a reducir los promedios de vacunación. Con el tiempo se supo que lo sucedido fue una histeria colectiva en el grupo de adolescentes, ajena a la aplicación del biológico.

Una encuesta de percepción en 2.000 mujeres, realizada por la Fundación JO para la Prevención del Cáncer Uterino en El Reino Unido determinó que persisten muchas imprecisiones al respecto, con repercusiones más serias que el mismo VPH.

Mito 1: “El VPH solo se transmite sexualmente”. En forma usual se transmite sexualmente, pero también puede transmitirse por el contacto de la piel o mucosas infectadas en las áreas genitales o en boca y garganta.

Mito 2: “El VPH es una señal de promiscuidad”. El 80% de los seres humanos va a contraer el virus en algún momento de su vida. Es muy fácil de contraer y de transmitir y se puede adquirir desde la primera experiencia sexual.

Mito 3: “El VPH significa que tengo cáncer” (60% de las encuestadas). Hay por lo menos 200 tipos de VPH capaces de tomar diferentes rumbos: en la mayoría de los casos, las defensas del organismo liberarán al cuerpo de la infección. 40 de ellos afectan el área genital, lo que solo significa que residen en esa zona. Unos pocos de esos 40 causan lesiones, como verrugas genitales y extragenitales, siempre benignas. Unos 13 tipos de “alto riesgo” pueden causar cáncer de cuello uterino y otros cánceres genitales y perigenitales (pene, ano, recto, vulva, vagina), así como cáncer de boca y garganta.

Mito 4: “Si tienes el VPH lo sabrás temprano” El VPH no presenta síntomas y se puede tener y contagiar a otras personas sin que el portador lo sepa. Los exámenes de cuello uterino (citología o colposcopia) identifican cualquier célula anormal.

Una preocupante conclusión es que las mujeres no se realizan los exámenes de diagnóstico por el estigma acompañante a la enfermedad y al virus. La mitad de ellas se sentían avergonzadas y perdían interés en el sexo, por haber contraído el virus. El 35% de las encuestadas respondió que no tenía la menor idea sobre el VPH.

El estudio de revisión sistemática más grande realizado hasta el momento sobre la vacuna contra el VPH, menciona que esta no presenta reacciones adversas limitantes de su aplicación y protege contra el cáncer de cérvix uterino, siendo la nonavalente la más eficaz en un 90%. Fue realizado por la Colaboración Cochrane y agrupó los resultados de 26 experimentos clínicos con 73.428 mujeres de todos los continentes.

Es el momento de educar a la población femenina en edad fértil sobre riesgos de la enfermedad y ventajas de la vacuna. Es hora de implementar la vacunación en jóvenes entre los 9 y 26 años antes de su primera relación sexual; y multiplicar los programas de prevención mediante la citología de cuello uterino. Es hora de salvar muchas vidas.