Editorial: Que la Navidad nos una…


Unos van alegres y otros van llorando. Tal y como dice aquella famosa canción navideña, la situación del país está muy confusa. Un Presidente aun intentando despegar, un Fiscal General envuelto en serios escándalos de corrupción, un Procurador que creíamos era decente, que también recibió contratos del Grupo Aval, hacen parte de las tristezas que tenemos por estos días, y que pudieran complementarse en Popayán, por cuenta de una gasolina por las nubes que se suman a los altos impuestos que se avecinan en el 2019. En definitiva “llorar” suena tan feo como “chillar”.

Hoy cuando ya estamos recorriendo formalmente el último mes del año, no queda más que confiar en que las cosas no terminen de sorprendernos para mal, y pedirle desde ya al Niño Dios, resistencia y tolerancia en la diferencia y en los malos ratos. Por estos días, lo que menos necesitamos como colombianos y como caucanos, son rencillas, pleitos, y malestares por cuenta de intereses y afanes electoreros, y debemos unirnos en un solo clamor para sacar nuestra ciudad y nuestro departamento adelante.

Navidad, aunque para muchos sea consumismo y comercio, para una inmensa mayoría de personas en el mundo, es época de reflexión, de unidad y por supuesto de reconciliación, y eso es algo de lo que deberíamos contagiarnos todos. El famoso espíritu navideño, permite que padres y madres se reúnan con sus hijos, y que la gente al menos durante 31 días, tenga la esperanza de que el mundo puede ser mejor.

Este mes, y aunque veremos a muchos personajes con otros intereses, visitando barrios, alzando niños y hasta disfrazados de Papá Noel entregando regalitos, es esa la invitación que queremos hacer en este comienzo de diciembre.

Regalar una sonrisa a un niño no cuesta mucho y hacerle la vida más fácil a un adulto mayor tampoco. Que este mes sirva para que ayudemos al prójimo, nos pongamos en su lugar y hagamos de la vida más amena y sencilla, sin dejarnos contagiar de la selfie donando regalos, porque lo que hace la mano derecha que no lo sepa tu izquierda.

No sobrarán las recomendaciones de siempre. Pilas con la pólvora, ojo con quienes les gusta manejar alicorados. La navidad es una fiesta, y con personas quemadas, y muertos en las carreteras, enlutamos quizás el mes más alegre de todos.

Para el comercio, diciembre sin duda, es una oportunidad para recuperarse, y salir del bache, y esperamos que en ese sentido se dinamice la economía. Por ello también nos unimos a la invitación facebookera que ronda por estos días: apoyemos a los microempresarios, a quienes venden sus productos artesanales, accesorios, detalles, ropa, entre otros. Las empresas y marcas locales. Regalemos progreso, pero sobre todo regalemos tranquilidad, mesura y optimismo.