De la lectura

ARGEMIRO ALEGRÍA LLANTÉN

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Cuando ya pasamos el mes de la lectura y del idioma, del libro y del estudiante, dedico este aporte sobre la lectura.

Para comenzar es preciso formularnos las siguientes preguntas:

¿Qué es, en general, la lectura?

¿Qué es saber leer?

¿En qué consiste la interpretación en la lectura?

¿Qué es la lectura como recepción?

Tradicionalmente la lectura, en general, es un acto producido o incitado por la necesidad de saber, de información o de recreación, y cultivado por el individuo, según sus propio intereses, dentro de un sistema ideológico y social dados, y consiste en ir reproduciendo mental, verbal, visual o dactilarmente una palabras, unas oraciones, unos símbolos o signos, según una lengua, idioma o dialecto, para tomar conciencia de sus significaciones coherencias y valores.

En términos modernos, leer es interpretar. Según Ernest Braunstein leer un libro no es leer la realidad. Es decir, cuando leemos un libro no leemos la realidad sino, precisamente un libro, que puede contener algo de la realidad. Otra cosa es que la lectura sí sería una actividad elemental que nos introduzca en la estructura de lo real.

Para Braunstein saber leer implica tener en cuenta dos maneras de leer que se denominan: “lectura sintomal”, la una, y “lectura literal” la otra. La “lectura sintomal” consiste en que a medida que se lee se deben producir preguntas, cuestionamientos, y no ir en busca de respuestas sólamente. Es ir descubriendo la problemática en que se inscribe el texto, sin preocuparse por la persona el autor, ni por sus supuestas intenciones, ni por calificar o descalificar el contenido del texto, sino dilucidar o hallar su problemática ideológica o científica e inquietarse por producir, recrear o investigar sobre lo que se lee. La “lectura interpretativa o sintomal” es un ir leyendo no para que el texto me convenza, sino qué puedo yo convencerme de eso que leo, si rechazo, o crítico, o acojo o me apropio. Leer un libro se puede comparar con una conversación o una polémica entre dos personas en donde existen artimañas, astucias, sofismas en busca de ganancia intelectual el uno, y el otro en expectativa, en alerta, que va por lo correcto, justo o inocente y aprovechar o desechar.

Por otra parte la “lectura literal” o como “recepción” es la instrumentalista y utilitarista; que consiste en la actitud pasiva y receptora que asume el lector, no con el propósito de de trabajar en la lectura, sino en contra respuestas, de memorizar frases, párrafos o apartes; es la que realiza un lector para satisfacer o experimentar, o producir en él y en otros, ciertos estados o situaciones emocionales; o avivar y acentuar determinados sentimientos. La lectura como recepción es la lectura tradicional o sea la lectura literal que el lectora ejerce para consumir, adquirir, acumular o almacenar conceptos, ideas, conocimientos del escritor, sin reparar en ellos, sin ningún cuestionamiento, y ser utilizados de manera oportunista.

El que la lectura sea “interpretativa o sintomal”, “literal o recepcionista” depende del poder, voluntad o inquietud del individuo lector. O sea cualquiera de los géneros de escritura se puede someter a una lectura sintomal o a una lectura literal.

Por lo demás, todos: niños, jóvenes, adultos, padres de familia, docentes, interioricemos en nuestra conciencoa que el único instrumento conque podemos alimentar, enriquecer y avivar nuestra mente, nuestro espíritu es la LECTURA.

Finalmente, éste brillante pensamiento que anima y reanima:

“NO LEEMOS SINO PARA ESCAPAR DE NOSOTROS MISMOS, EVADIRNOS DE NUESTRO YO, VER ALMAS, DISTINTAS DE NUESTRA PROPIA ALMA” de José María Vargas Vila.