¿¿Cuándo será ese cuándo??

GUILLERMO VARONA COLMENARES

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Con motivo de los recientes casos de corrupción que afectan al país y que tanto revuelo han causado, es conveniente, una vez más hacer memoria de lo dispuesto en la Ley 1712 de 2014 y en sus decretos reglamentarios, en el sentido de la obligación que tienen los funcionarios del Estado de informar de manera amplia y completa, al menos dos veces al año, por los distintos medios de comunicación nacionales y locales, de los resultados de sus gestiones, incluyendo de manera especial, los aciertos, inconvenientes y dificultades por los que se ha pasado y por los que no se ha podido dar cabal cumplimiento a los distintos objetivos propuestos, en especial los que se mencionan en los “programas de gobierno” que fueron presentados a los electores al momento de sus campañas y los motivos y razones de estas situaciones, por ejemplo: cuánto se recaudó el último año por la sobre tasa a la gasolina y cómo se ha invertido este dinero?, cuánto por concepto del impuesto predial y cuál su inversión? No se trata de publicar gacetas con bonitas fotografías, cuando la realidad es bien diferente.

Vale la pena mencionar algunas situaciones que se vienen presentando en nuestra ciudad, por lo menos en esta administración, las cuales no han tenido o no han merecido la suficiente atención y aplicación de correctivos efectivos, ni siquiera con la entrada en vigencia del nuevo Código de Policía:

En el Sector Histórico: exhibición y venta de mercancías (muchas de contrabando), en los andenes, parqueo de vehículos en espacios peatonales, propaganda de distinta índole utilizando megáfonos y equipos de sonido a altos niveles de volumen, invasión y venta de alimentos en parques, contaminación del aire causada por vehículos en mal estado, violación de normas por conductores de vehículos en lugares prohibidos, distracción y falta de aplicación de la autoridad por parte de los agentes de policía, alteración de fachadas, portones y ventanas sin autorización, carencia de baterías sanitarias permanentes para visitantes y turistas, andenes en mal estado, etc. ¿Cuándo mejorarán estos aspectos?

Punto aparte merece el pésimo estado de la mayoría de vehículos de transporte público. Hace cuatro años se habló de la transformación que se aplicaría a este servicio empezando por la creación de sólo dos empresas, la modernización del parque automotor, la unificación de los colores distintivos de los buses, la chatarización de vehículos obsoletos, las mayores comodidades a los pasajeros, etc. Hoy en día, no sólo nos olvidamos de tanta belleza prometida sino que se ha empeorado este servicio por la contaminación causada, la utilización de buses en mal estado mecánico, no funcionan las ventanas ni las puertas, la autorización de conductores para que vendedores ambulantes vendan sus productos, los pares cada cincuenta metros sin respetar los sitios de parqueo, la falta de pasamanos internos, el mal estado de asientos, el uso para transportar bultos y mercados. En general, el irrespeto a los pasajeros y la consiguiente violación de todas las normas establecidas. Por ninguna parte se ve que exista alguna autoridad que controle, revise y haga corregir las continuas falencias de este servicio. Ni qué decir de las motos y de las carretillas, estas con sobre carga para los pobres caballos y eso que hoy en día esto constituye motivo de multa y sanción. ¿Cuándo veremos la mano de la autoridad para superar estos traumas?

A propósito del Plan de Ordenamiento Territorial- POT, cuya versión inicial ya se elaboró y le costó a la ciudad varios millones de pesos, ¿cuál ha sido su utilidad? ¿Cuáles los proyectos que allí se identificaron y cuántos de ellos se han realizado para beneficio general? Es conveniente que el nuevo POT que ya debe empezar a elaborarse, identifique el nuevo límite urbanístico de la ciudad; hace muchos años, tal vez lustros que esto no se hace y a ello se debe en buena parte el crecimiento desordenado de la ciudad, donde cada propietario de tierra la parcela y construye libremente dando origen a nuevos barrios, tal como viene sucediendo en los cerros orientales y en el costado occidental de la variante. ¿Cuánto cuesta llevar los servicios a esas latitudes y quién asume estos costos?

¿Cuándo será que volveremos a ver a nuestros líderes políticos y funcionarios caminando de manera despreocupada por las calles y saludando a sus electores?

En cuanto a la campaña iniciada para revocar el mandato al actual alcalde, considero que, si se trata de calificar la aplicación de medidas de autoridad para ordenar de una vez por todas el caos de la ciudad en lo que tiene que ver con la invasión del espacio público, la violación de normas de parqueo de toda clase de vehículos, la contaminación de toda clase, la alteración del patrimonio arquitectónico de la ciudad, la falta de personal autorizado para hacer cumplir las normas vigentes, la construcción de vías con graves fallas como la falta de retornos a pesar de que tenemos post grado en esta especialidad etc., francamente el burgomaestre pierde el año y la campaña va a tener buena y justificada acogida en nuestra sociedad.