Ciencia y conciencia en la política (IV)

RODRIGO SOLARTE

Pediatra

[email protected]

La formación y capacitación del ciudadano del siglo XXI, debe ser consecuente con el contexto social, económico necesario, cultural y político, que como civilización, sociedad y comunidades, aspiremos conservar o transformar.

Le interesa leer… ‘Ciencia y conciencia en la política (III). Llega Francisco’

Tales aspiraciones, complementarias en este país de regiones como lo es Colombia, están representadas hoy por hoy, en la Constitución de 1991 y los Acuerdos, que en ese marco previo, principalmente para la transformación del campo colombiano, concertaron gobierno e insurgencia armada representada por las FARC-EP, hoy, ya sin armas, Fuerzas Alternativas Revolucionarias del común (Farc).

Los individuos como personas, a favor o en contra  de procesos como este, de NO utilización de armas en la lucha política para dirimir contradicciones, por injusticias que afectan a la gran mayoría de colombianos, tienen su importancia como líderes, pero será el conocimiento consciente mayoritario de la realidad a transformar, de quienes definan por el voto, consciente, honesto y democrático, a los facilitadores, líderes comprometidos con los procesos necesarios para el cumplimiento de los Acuerdos definidos, y por definir con el Eln, la otra fuerza insurgente dialogante con el gobierno actual.

La aparente división entre Álvaro Uribe Velez y Juan Manuel Santos, mediática y parcialmente real, tiene en los Acuerdos su florero, debido a las consecuencias estructurales, principalmente del campo, que facilitarán en términos históricos, su paso del siglo XIX a las necesidades del siglo XXI, democráticamente pensadas.

La batalla de ideas y propuestas organizativas, desencadenadas por la esperanza, de la no violencia armada, y otras, tan arraigadas culturalmente,  ampliación y profundización de nuestra cuestionada democracia, atacando de raíz la epidemia de corrupción desde las altas esferas del poder económico y político del Estado, el paramilitarismo, la exclusión y desconocimiento de derechos básicos, tendrá en esta coyuntura, los esperados aportes integrales del Papa Francisco, líder universal indiscutible que nos visita.

La reprimida y represada batalla  de ideas, tienen en la capacidad de escucharnos, con los testimonios vividos, las experiencias constructoras de paz en curso, el natural y fundamentado dinamismo de la juventud desde sus familias y maestros, con  las fuerzas alternativas que han resistido la cultura de la muerte impuesta, y en la búsqueda de la Unidad en la diversidad amplia, humana y natural o regional, la gran oportunidad, tan esperada, de caminar, PASO A PASO esta esperanza, por la justicia y necesaria participación implícitas.

Más conciencia, voluntad, ciencias, tanto cuantitativas como cualitativas, energías, tanto espirituales como físicas, requerimos todas y todos los ciudadanos, pues consciente o inconscientemente, activos, pasivos y resignados, somos responsables de lo que nos sucede o pueda seguir sucediendo en el futuro previsible, así el azar también juegue su papel.