Los limones de la política

CHRISTIAN JOAQUÍ

[email protected]

En una economía de mercado es importantísimo que los agentes tengan acceso a toda la información sobre los bienes y servicios que se intercambian. De hecho, la asimetría de la información puede constituir una barrera para el desarrollo del intercambio y se reconoce como como una falla del mercado. La asimetría de la información puede ser de dos clases, según la han estudiado los economistas: La selección Adversa y el riesgo moral.

En 1970 el economista George Akerlof, distinguido en 2002 con el que se conoce como el Premio Nobel de Economía, publicó un famosísimo artículo, cuya traducción literal es “El mercado de los limones”; con el cual se refiere al mercado de los carros usados en el que pueden encontrarse carros buenos y otros, como diríamos nosotros, que son un cañengo, estos últimos son los que en inglés de los estados unidos se llaman limones.

En el artículo Akerlof sostiene que se esperaría que quienes tienen un carro bueno no lo quieren vender, por lo que, naturalmente, los carros de segunda que están a la venta tengan mayor probabilidad de ser limones. Sólo quien vende conoce perfectamente su carro y como los compradores no tienen esa misma información, el precio ofrecido será siempre más bajo, por lo que los vendedores de carros buenos se retirarían del mercado, razón que llevaría al comprador a ofrecer ahora un precio más bajo, que a su vez hace retirar a otros carros no tan buenos y así sucesivamente, hasta que no haya mercado o la selección final sea adversa.

La falta de información en las decisiones electorales, parece que nos han conducido hacia ese punto que señalaba Akerlof; es decir, en el punto en donde sólo quedan políticos limones, razón que nos llevará a una selección adversa a nuestros intereses, pues los buenos políticos ya no están disponibles en las condiciones actuales del sistema electoral.

Una solución para el problema de los carros limones, según Akerlof, radica en el ofrecimiento de garantías. Dado que un vendedor conoce que su carro es bueno, puede ofrecer garantía y con ello le revela esa información que le ayuda a tomar una decisión al comprador para hacer una oferta adecuada.

Los partidos políticos, en una democracia, deberían convertirse en esa garantía que permita a los ciudadanos tener una mejor información sobre los políticos. Sin embargo -y no es un problema exclusivamente colombiano- los partidos políticos han entrado en crisis que impiden brindar las garantías que precisamos los ciudadanos. Bueno esto es una exageración, pues, a decir verdad, sí hay una garantía que nos brindan los partidos políticos hoy en día: y es que están llenos de limones.