Columna de opinión
Por: Rodrigo Solarte
Procesos históricos como los que estamos viviendo, buscando alternativas planetarias y humanas en todos los rincones de esta Casa común que habitamos, han producido y seguirán produciendo, líderes y lideresas para la nueva era que se anhela y ha comenzado, con renovadas conciencias y voluntades, experimentadas algunas, autocríticas otras, y deseosas de una nueva Colombia en paz, todas.
La intervención de nuestro presidente, Gustavo Petro, en la 77 Asamblea de las Naciones Unidas, es muestra de su global conocimiento sobre los vitales problemas que nos aquejan como especie humana en los diferentes continentes y países de occidente en particular.
Por la convergencia de procesos y las experiencias vividas por la mayoría de colombianos, hemos llegado a este Frente Amplio, plural, multicolor y pluriétnico, de seres en sus contextos naturales del campo y la ciudad, con el Cauca, como síntesis y símbolo de esas realidades. Frente que seguirá ampliándose, dentro y fuera del país, con la juventud de este siglo XXI como protagonistas.
El pragmatismo ideológico del mercado y necesidad creada del consumo, estimuló el no creer en lo nuestro, ni en nosotros mismos, convirtiéndonos en dependientes de lo extranjero y acomplejados de nuestros ancestros, creatividades y actividades diferentes, incluyendo la natural alimentación y cuidado a la rica biodiversidad que poseemos.
Las históricas resistencias en todos los campos de la vida y métodos, procrearon maestros de resistencias a las violencias que con los pacifistas, mezclaron las experiencias de lucha para sobrevivir, incluyendo los fenómenos atmosféricos y cambios climáticos que desde tiempos bíblicos, tuvieron la creación de la vida y sus fenómenos, como sujeto a cultivar, y objetos a estudiar para ir clarificando los misterios que encierren.
Las condiciones de vida natural en el planeta tierra, se fueron sofisticando y dejando de ser comunes a través de los siglos, por la acción de los principios y valores que la misma especie humana fue creando, llegando al monopolio por los pocos que llamamos élites, creadores de formas de pensar y actuar, como la apropiación progresiva de lo público, el egoísmo, utilización de las ciencias para sus fines, y el comerciar hasta con la vida de sus congéneres, capítulo especial de la historia humana que va desde la esclavitud de hombres y mujeres, vendidos como objetos al mejor postor de entonces ( esclavistas), y la actual de los trabajadores o asalariados con sus familias, con las necesidades básicas insatisfechas a la alimentación, agua, servicios, salud, educación, el mismo trabajo, tierra productiva, vivienda, descanso y recreación, razones todavía de lucha y resistencias entre patrones, empleados, desempleados y gobiernos que los representen.
El sentido común, sustentable por las realidades que lo conformen, manifestado con elocuencia en los diálogos, que pueden ir desde las familias hasta unas Naciones Unidas con delegados representantes del sentir para el actuar con sus pueblos, es esencia de este HISTORICO PACTO, cuyo crecimiento y desarrollo concertado, recién se inicia como transición progresista del DEBER SER que anhela la humanidad y el planeta.
En el marco creativo de una DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y PARTICIPATIVA para la elaboración del PLAN DE DESARROLLO 2022-2026, El Cauca participante en los DIALOGOS REGIONALES VINCULANTES, lo hará en Popayán el lunes 26 de septiembre, tomando a la subregión del MACIZO COLOMBIANO o Estrella fluvial colombiana, con sus gentes, historia, resistencias, luchas, esperanzas, compromisos, memorias y realidades a abordar para el presente y futuro de la región, Departamento y País.
VIDA, TERRITORIO, BIODIVERSIDAD, DERECHOS Y DEBERES CON EL PLANETA Y HUMANIDAD, por ellas y ellos representada, ya es muestra significativa de este Cauca, para Colombia, Suramérica y el mundo, como Potencia de la vida humana y del planeta que se plantea para este siglo XXI y siguientes.