Deslizamiento en Rosas 2023

Columna de opinión

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Por Hugo Cosme Vargas – 

De nuevo llega la tragedia al municipio de Rosas, pero esta vez fue de tal magnitud el área que afectó-800 metros de longitud y 900 metros de ancho- y de tal gravedad sus consecuencias sociales y económicas, que ahora sí el gobierno se puso serio y quiere afrontarlo por donde es, proponiendo soluciones ingenieriles que resuelvan el problema de raíz. Es increíble que nuestros dirigentes municipales y departamentales, y los políticos representantes de las comunidades caucana y nariñense no hayan podido advertir en 70 años este tremendo problema que algún día iba a aflorar. La naturaleza lo advirtió varias veces y aunque el gremio empresarial sí lo solicitaba, no hubo decisión política regional que hiciera la gestión en Bogotá. 

En el baúl de los recuerdos está mi participación como Geotecnista en el proyecto de diseño de la variante Timbío-Estanquillo, formando parte de la empresa que recién fundaba nuestro recordado profesor Paulo Emilio Bravo, junto a sus hijos ingenieros. Fueron dos años de ideas, caminatas, aplicaciones de las ciencias que manejamos en la Ingeniería Civil, y finalmente quedó plasmado desde 1980 un excelente diseño de 78 kilómetros de longitud, que evitaba completamente el problema de Rosas y nos brindaba a los ciudadanos de Colombia un tránsito cómodo entre Popayán y Pasto. No le faltaba nada a este diseño, simplemente ejecutarlo. Pasaron 43 años, y muchas tragedias en la carretera, y varios aislamientos entre dos regiones importantes de Colombia, para que hoy, ad-portas de quedar el departamento de Nariño aislado durante al menos 5 años, haya llegado directamente un presidente de la República a ofrecernos la solución que hemos esperado tanto tiempo, y, además, agrandada con una doble calzada, que también nos merecemos. Anhelamos disfrutarla.

Se ha oído decir muchas veces que hay un culpable de los deslizamientos frecuentes en la carretera Timbío-Rosas-Piedra Sentada: la falla del Romeral. Pues no es así. Esta existe en esa zona, pero también a lo largo de 10 departamentos de Colombia, desde Ecuador hasta la costa Caribe. Y no es solamente una línea recta, sino varias, paralelas entre sí, que totalizan 1788 kilómetros, lo cual significaría que sus movimientos generarían permanentemente deslizamientos a lo largo de 700 kilómetros de la geografía colombiana, lo que no ocurre. De hecho, en la historia de los sismos importantes de la región afectada, sólo los ocurridos en 1736, 1766, 1885, 1983 y 1994 se han causado por la falla El Romeral. Y en esta ocasión, tampoco fue la culpable, como lo acaba de confirmar el Servicio Geológico Colombiano.

Esto es importante porque si el problema no es geológico sino geotécnico, se pueden proponer soluciones, como aquella variante de 1.8 kilómetros en que está pensando el INV, que debe estudiarse con prontitud, conjugando sobre todo la participación efectiva de las áreas geotécnica, hidráulica y de diseño geométrico pertenecientes al campo de la Ingeniería Civil. Mientras se construyen los 78 kilómetros de Timbío-Estanquillo en 5 años, debe diseñarse y construirse pronto una variante de aproximadamente 2 kilómetros que salve el sitio del derrumbe y que controle los niveles freáticos de aquellos coluviones que atraviesa la carretera y que sí son los responsables de estos deslizamientos. ¡El sur del Cauca y todo el departamento de Nariño deben recuperar pronto la normalidad!

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