100 años del nacimiento de Vicente Huidobro

El 2 de enero de 1948 fallecía Vicente García Huidobro Fernández, más conocido como Vicente Huidobro, fue un poeta chileno. Iniciador y exponente del movimiento estético denominado creacionismo, es considerado uno de los más destacados poetas chilenos, junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Pablo de Rokha.

H

Hijo de Vicente García-Huidobro y de María Luisa Fernández Bascuñán, nació en el seno de una familia adinerada, relacionada con la política y la banca. Su padre era el heredero del marquesado de Casa Real y su madre, una activa feminista y anfitriona de numerosas veladas literarias.

Tras pasar sus primeros años en Europa, entró en 1907 al Colegio San Ignacio en Santiago, perteneciente a la Compañía de Jesús. Cursó estudios de literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile que dejó sin terminar.

Publicó en Santiago en 1911 Ecos del alma, de tendencia modernista. Al año siguiente se casó con Manuela Portales Bello.

Fundó y dirigió la revista Musa Joven, donde apareció parte de su libro posterior Canciones en la noche y su primer caligrama, Triángulo armónico. En 1913 dirigió con Carlos Díaz Loyola, nombre real de Pablo de Rokha, los tres números de la revista Azul y publicó los poemarios La gruta del silencio y Canciones en la noche.

Al año siguiente, dictó la conferencia “Non serviam”, que refleja su credo estético. En Pasando y pasando expuso sus dudas religiosas y sus críticas contra los jesuitas, lo que le valió reproches por parte de su familia.

Publicó también Las pagodas ocultas (1916), libro de «salmos, poemas en prosa y ensayos», que firmó por primera vez con el nombre Vicente Huidobro.

El Centenario y la literatura/ web

 

 

Fatiga

Por Vicente Huidobro

Fatiga Marcho día y noche como un parque desolado. Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos; miro el cielo y su hierba que aprende a cantar; miro el campo herido a grandes gritos, y el sol en medio del viento. Acaricio mi sombrero lleno de luz especial; paso la mano sobre el lomo del viento; los vientos, que pasan como las semanas; los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre; las luces, que pasan como los meses; cuando la noche se apoya sobre las casas, y el perfume de los claveles gira en torno de su eje. Tomo asiento, como el canto de los pájaros; es la fatiga lejana y la neblina; caigo como el viento sobre la luz. Caigo sobre mi alma. He ahí el pájaro de los milagros; he ahí los tatuajes de mi castillo; he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós. Caigo de mi alma. Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno; caigo del viento sobre la luz; caigo de la paloma sobre el viento. Vicente Huidobro

Marcho día y noche

como un parque desolado.

Marcho día y noche entre esfinges caídas de mis ojos;

miro el cielo y su hierba que aprende a cantar;

miro el campo herido a grandes gritos,

y el sol en medio del viento.

 

Acaricio mi sombrero lleno de luz especial;

paso la mano sobre el lomo del viento;

los vientos, que pasan como las semanas;

los vientos y las luces con gestos de fruta y sed de sangre;

las luces, que pasan como los meses;

cuando la noche se apoya sobre las casas,

y el perfume de los claveles gira en torno de su eje.

 

Tomo asiento, como el canto de los pájaros;

es la fatiga lejana y la neblina;

caigo como el viento sobre la luz.

 

Caigo sobre mi alma.

He ahí el pájaro de los milagros;

he ahí los tatuajes de mi castillo;

he ahí mis plumas sobre el mar, que grita adiós.

 

Caigo de mi alma.

Y me rompo en pedazos de alma sobre el invierno;

caigo del viento sobre la luz;

caigo de la paloma sobre el viento.

 

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