Popayán, historia y cultura

En abril pasado, cuando visité la biblioteca de la Academia Nacional de Medicina en Bogotá, tuve la oportunidad de encontrar el libro del médico payanés Gerardo Paz Otero “La medicina en la Conquista y la Colonia” y leer el capítulo XX: “los primeros médicos del Popayán Colonial”.

PRIMEROS MEDICOS EN POPAYAN

Jueves 6 de mayo, 2004
De: Mario Pachajoa Burbano

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El doctor Paz trae a cuento sabrosas anécdotas, transcribe textos de algunos documentos relativos a la personalidad del hidalgo español Iragorri, galeno que arribó a estas tierras con el séquito del obispo Angel Velarde y Bustamante.

Paz Otero nos cuenta que durante el primer obispado de Popayán, la ciudad no contaba con servicios médicos y muchas veces le tocaba al Obispo andar a pié, pero lo hacía gustoso, porque los aborígenes no tenían otro protector sino a él. A los indios pobres y enfermos los traía a su casa para curarlos con su propia mano.

En el siglo XVI se estableció el “Real Hospital de Popayán” pero no se sabe cual fue su primer Director. Por 1635 el Real Colegio Seminario de Popayán tenía esta extraña cláusula de ingreso para algo así como servicio médico-sanitario: “primeramente deben ser cristianos viejos, limpios de toda raza de moros y judíos, o penitenciados por el Santo Oficio, de legítimo matrimonio y sin efermedad alguna contagiosa, y españoles de cuatro costados”. Paz comenta sobre lo anterior “que en verdad ni el más noble colegio aristócrata de la Madre España pudo haber concebido una cláusula tan exigente, que supone en la ciudad de profesionales de la medicina”.

En 1602 figura el Licenciado Francisco Pérez demandando a Melchor Quintero para obtener el pago de sus honorarios, 50 pesos oro, por “una cura” realizada a su hermano Fray Baltazar Tamayo, y en junio de 1610 aparece ejerciendo la medicina el Licenciado Antonio de Acosta, que fue demandado por un comerciante por deudas contraidas para su subsistencia y el ejercicio profesional.

La primera botica de Popayán fue establecida en 1780 por un rico comerciante de apellido Hidalgo quien fue uno de los prestamistas que facilitaron dinero para terminar la construcción del puente de cal y canto sobre el río Cauca.

Durante gran parte del Siglo XVI actuaron como médicos del Real Hospital, religiosos Bethlemitas entre ellos el padre prefecto Fray Juan de la Caridad que murió el 29 de septiembre de 1774 en manos del padre Pedro González y los padres Fray Francisco, Fray Jacinto y Fray Casimiro, hábiles cirujanos y médicos inteligentes. En 1741 se destaca el cirujano y médico oficial Francisco Barbet, quien actuó como médico-legista en un sonado e histórico caso de sangre.

A mediados del Siglo XVIII llegó a Popayán el médico español Antonio Castro Rivera, nacido en Teba, Málaga, quien contrajo matrimonio con María Catalina Rodríguez hija de Juan Manuel Rodríguez de Tunja, de distinguida posición social y avencindado en Popayán y casado con Catalina de Chaos (Chaux) y Cobo. Antonio Castro fue tronco de muy ilustres familias payanesas.

Por el año de 1783 ejercían la profesión particular los médicos Juan Mariano de Grijalba (además era sacerdote) y Tomás Antonio de Quijano y Lemos, célebres por su destacada actuación polémica sobre aspectos sanitarios en la ubicación del cementerio de la Ermita.

En junio de 1789 llegó a la ciudad el médico Pepe de Iragorri, auxiliar civil del Obispo Juan de Velarde y Bustamante. Iragorri hizo sus estudios médicos en Madrid y ejerció su profesión de médico-algebrista hasta 1810.

En 1801 llegó a Popayán el médico inglés Jorge Wallis, quien se casó con Baltazara Caldas, hermana del Sabio Caldas. Jorge tuvo tiempos difíciles cuando el general español Calzada lo andaba buscando para fusilarlo por ser “republicano hereje”. El Dr. Wallis fue tronco de una importante y distinguida familia payanesa.

 

EXPOSICION NACIONAL DE FLORES

De: Mario Pachajoa Burbano

Entre los eventos que se realizarán, a nivel nacional, con participación del Cauca y que nos trae hoy el Diario del Sur, está la Exposición Nacional Estandar de Flores que reproducimos hoy para que los miembros de la Red conozcan estos pormenores de nuestro Departamento.

Para el Club de Jardinería de Popayán les deseamos muchos augurios en la preparación y realización de este importante evento en Ibagué.
Amalia Grueso de Salazar

ATALAYA
Por: Luis Carlos Campo

Flores, aroma y bunde

La XXIX Exposición Nacional Estándar de Flores, tiene aroma, color y aire de bunde, se realizará entre el 4 y el 7 de junio en Ibagué, capital musical de Colombia. Esta nota tiene tinte prematuro, pero es que vista la reciente muestra regional organizada por el club de Jardinería de Popayán en la pasada Semana Santa, que fue ponderada por propios y visitantes, es de imaginarse una exhibición que tiene carácter nacional e internacional, como la que se cumplirá en menos de 60 días.

Los 25 clubes de jardinería de Colombia están motivados y se están preparando para estar en el certamen ibaguereño. El Club de Jardinería de Popayán, que preside Carmen Elisa Quijano Fernández, está ya desarrollando planes, buscando especies para presentar y competir por cintas, rosetas, premios a la excelencia, al mérito y el barrepremios, distintivos de honor en esta clase de eventos, además de competir por los premios mayores que otorgará el Nathional Garden Club Inc.

Hasta el momento han confirmado su asistencia y participación por el club payanés, las siguientes socias: Leticia Mosquera, Carmen Elisa Quijano, Carmen Elvira de Ayerbe, Dominique Pombo, Dolly de González, Gloria de Saldarriaga, Inés Varona, Renate Sussmann y Susana Emura de Lora.

El Club de Jardinería de Ibagué, organizador del evento, ha denominado las exposición: “Flores, pentagrama de mil colores”. Del programa y con sabor musical, la sección L “El Bunde” que premiará las clases, 34 “El San Juan” -diseño creativo canastos-, 35 “La Sombrerera” -diseño creativo sombreros no recortados- y 36 “Mitos y Leyendas del viejo Tolima” -diseño creativo usando panel.

La más caracterizada musicalmente es la sección A: “Jardín de Melodías” donde competirán los clubes de Colombia en la modalidad de jardines en semi sombra, así: clase uno Bambucos y Sanjuaneros -énfasis en calateas; clase dos Cumbias y Mapalés -en plantas de follaje; clase tres Pasillos y Torbellinos -énfasis en Aloes; clase cuatro Salsas y Merengues -con énfasis en anturios- y clase cinco Joropos y Galerones -con énfasis en bromelias-.

La sección D “Florecen las notas del bunde” se disputará en clase uno “Mi terruño” -plantas de follaje-; clase dos “Flor del Campo” -plantas con flor- y clase tres “Ibaguereña Primaveral -plantas colgantes. Esa simbiosis entre el color, el verde y la música tiene también un premio al reconocimiento de la sección G titulada “Vereda Tropical” tema evocador y además romántico.

Otro premio denominado “Colombia tierra querida” se otorgará al diseño creativo de línea masa, usando orquídeas, con opción al Premio Tricolor No. l Además se disputarán los premios “Playa, brisa y mar” -mesa funcional creativa informal-; “Candilejas” -luz integrada-; “Caracolí” -en horticultura-“Luz de luna” -flores de color blanco-; “Alborada de amor” -en rosas.

Y en cuestión de ritmo: El Meneito -diseño vibrátil-; Contradanza-diseño de estirado; Revoloteando -diseño móvil. El programa en síntesis es un cancionero de vistosas y hermosas flores y con verdes plantas, como intérpretes de fantasía creativa. Con esta mezcla de color y folclor que mueve el ánimo a la contemplación y a tener en la mente un aire criollo, vienen bien las palabras de un escritor paisa, Uriel H. Gallego: “Las personas sensibles amantes de la vida en todas sus formas, suelen dejarse embrujar por la orquestación de la naturaleza, todo un espectáculo que dice a gritos: la vida está de fiesta”.

No cabe duda la fiesta será en Ibagué.

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