Ecos de José María Vergara y Vergara

Uno de los costumbristas más representativos de nuestra historia, nacido en Santafé en el año 1831.

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Por:Andrés José Vivas Segura – 

ntre los muchos y diversos autores de la literatura neogranadina y colombiana hoy he de destacar el papel de uno de los costumbristas más representativos de nuestra historia, nacido en Santafé en 1831. Testigo del medio siglo XIX, nos dejó una serie de narraciones que brillan por la riqueza de su descripción, por el rigor en la objetividad de lo observado, propia de los ciudadanos modernos de su época, y por el toque personal que acompaña su producción. En ausencia de fotografías, y ante la escasez de representaciones pictográficas, los textos de Vergara y Vergara nos ofrecen cuadros donde se refleja la sociedad bogotana del momento.

Vergara fue hijo de una prestigiosa familia santafereña, de ascendencia payanesa por línea materna. Hacia la década de 1850 don José María se radicó en la ciudad de Popayán donde desempeñó labores periodísticas y algunos cargos oficiales, como Secretario de Hacienda y de Gobierno, legislador provincial y jefe político, catedrático en el Colegio Seminario y Vicerrector de la Universidad; en Popayán redactó los periódicos políticos El Sur (1854), La Matricaria (1855), La Dictadura y algunos opúsculos. En el valle de Pubenza se enamoró, y el 13 de febrero de 1854 contrajo matrimonio con la dama payanesa Saturia Balcázar (nacida en 1836), con quien tuvo cinco hijos.

Fondo José María Vergara y Vergara (1831 a 1872)
José María Vergara y Vergara. Grabado publicado en el Papel Periódico Ilustrado. Volumen I. Año 1. Número 1. 6 de agosto de 1881. Fondo Marco Fidel Suárez 1167, página 20. Biblioteca Nacional de Colombia.
El Mosaico: periódico de la juventud, destinado exclusivamente a la literatura
Periódico El Mosaico, Año 1 N° 2, del 9 de febrero de 1871; órgano de distribución de la literatura costumbrista en Colombia.

Aquí trabó cercana amistad con el abuelo materno de Saturia, el prócer de la guerra de Independencia Manuel José Castrillón, de cuya entrecortada y envejecida voz escuchó las narraciones más escalofriantes sobre sus experiencias en el régimen del terror, que fue instaurado por el gobierno español en su fallida reconquista, en los años 1814 y 1815. Cuentan que, al recordar los episodios de su martirio, por la impresión, al anciano ex combatiente de nuestra Guerra Magna se le inflamaban las cicatrices de sus manos y pies.

Genuinamente interesado por la memoria de que era depositario Castrillón, Vergara le convenció de plasmar en papel sus memorias, como se hizo, las cuales fueron ampliadas y publicadas en dos tomos por Diego Castrillón Arboleda, en inolvidable colección del Banco Popular, un siglo después. En estas tierras escribió un emotivo texto sobre la Semana Santa de Popayán, donde declara su especial devoción y admiración por la Virgen de los Dolores, del templo de San Agustín. Su obra fundamental fue la Historia de la Literatura en la Nueva Granada 1535-1820, publicada en dos partes; hubo una tercera que nunca llegó a la imprenta, tristemente.

Para dar algunos detalles sobre su personalidad, diremos que el propio Vergara se describió, en su autobiografía, como santafereño de la cepa, educado mediante el sistema de coroza y pellizcos de monja, escolarizado un total de 8 años, tres meses y quince días, durante los cuales aprendí a no ser comerciante. Añade más adelante: Quisieron darme rejo en 1850 por godo y palo en 1860 por rojo. Me ahogué el 22 de diciembre de 1848 y me llevaron a la cárcel el 7 de marzo de 1861. Y agrega: Tomo chocolate al levantarme; fumo tabaco y cigarrillo todo el día; como manjar blanco todos los días; quisiera morir donde jugué de niño.

Vergara participó activamente en la difusión de las letras, pues fue uno de los fundadores de la Academia Colombiana de la Lengua, lo cual le llevó a fundar y colaborar con varios periódicos, entre ellos El Mosaico (1856-1862) junto a José Manuel Marroquín, Ricardo Carrasquilla y Eugenio Díaz Castro, que fue el principal medio en la difusión del movimiento costumbrista en Colombia. También se destaca su novela Olivos y aceitunos, todos son unos (1868), sobre el costumbrismo político de los pueblos colombianos.

Me detendré en uno de sus escritos más conocidos, titulado Las tres tazas, en el cual Vergara hace una descripción de usos y costumbres en tres actos: El primero sucede en el año 1813, alrededor de una caliente taza de chocolate santafereño, en pomposa fiesta ofrecida por doña Tadea Lozano, a la cual asistió lo más granado de la juventud, la misma que fuera trágicamente fusilada o desterrada, sólo unos años más tarde, por el ejército español. En dicho convite se dieron cita alrededor de cincuenta personas, entre ellos los militares Baraya, Torres, Madrid y Nariño, quien estaba en vísperas de partir a la Campaña del Sur.

Una segunda taza ocurrió en Santafé de Bogotá, año 1848, cuando los ingleses que apoyaron la gesta independentista ya habían importado la costumbre de tomar café, la cual era totalmente desconocida hasta entonces en la sociedad bogotana, en la invitación a un baile en casa de don Juan de las Viñas. Lamentándose por no tomar chocolate, Vergara exclamó: El café me era conocido como un remedio excelente, feo como todo remedio; mas no lo conocía bajo la faz de bebida tan deliciosa que mereciese un convite. Resulta curioso leer estas líneas hoy día, en que el café es uno de los principales y más demandados productos de exportación, y un acompañante fundamental en la cotidianidad colombiana.

La tercera es una taza de té, ya en Bogotá, cuando la marquesa de Gacharná invita a Vergara a festejar su cumpleaños mediante una esquela en que se invitaba: se hará música en el hogar y se tomará el té en familia. Vergara, conservador y tradicionalista, criticó nuevamente los virajes de los nuevos tiempos en las costumbres de su sociedad, y exclamó jocosamente: ¿Por qué toman el té en familia y no en taza? Y describe la entretenida escena final, concluyendo que, conforme pasa el tiempo, la elegancia y el decoro de la sociedad devienen (¿o decaen?) en bochinche e indecencia:

“Espero que así como en 1866 se me ha convidado a tomar el té en familia, en 1880 se convidará a tomar quinina entre amigos. Están de moda los sudoríficos y antiespasmódicos; ¿por qué no les ha de llegar su sanmartín a los febrífugos y antihepáticos?”

Claro, ese era el humor del siglo XIX, basado en el lenguaje, sin los efectos especiales de hoy. Si supiera don José María la amplísima variedad de menjurjes y alimentos ultraprocesados, o las comidas exóticas que se consiguen en los modernos restaurantes que proveen de alimentos la dieta de hoy, seguramente escribiría nuevos cuadros de costumbres, quejándose.

Son muy interesantes las narraciones de Vergara sobre los hechos ocurridos durante su niñez en la hacienda Casablanca, ubicada en el municipio de Madrid (Cundinamarca), en que relata sus impresiones sobre los diferentes elementos de la naturaleza, como son el viento, la luz, el agua, la tierra, o sus vivencias junto a una familia de buitres. El juego de las palabras de Vergara es construido de manera tan minuciosa, vívida y alegre, que el lector tiene la sensación de estar observando al niño José María entre las rocas de la parte alta del cerro La Letra, observando pacientemente la historia natural de su amigo buitre, que robaba los pollos para alimentar a sus crías, con la hacienda como fondo.

Son muchos los textos que Vergara -ser sensible- legó a la posteridad, y tardaríamos varios años analizando su copiosa producción; baste mencionar, por ahora, sus historias de caballos, donde recuerda a estos rumiantes fundamentales para el progreso, no reconocidos por sus labores, con sonoros nombres propios como Chamelote, Morcillo, Mantequillo, Rucio u Ombligón; son igualmente bellos los Consejos a mi potro y las biografías de sus propios caballos. Don José María muere en 1872, a la prematura edad de 41 años, sumido en una pobreza contrastante con lo encomiable de su vida y obra, lejos de Casablanca, en su casa de La Candelaria.

A quienes hayan sentido interés por la figura y existencia de nuestro homenajeado de hoy, invito a conocer el Fondo José María Vergara y Vergara disponible en la página web de la Biblioteca Nacional de Colombia: https://bibliotecanacional.gov.co/es-co/colecciones/bibliografica/publicacion/fondo-jos%C3%A9-mar%C3%ADa-vergara-y-vergara-(1831-a-1872)

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