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Por Alexander Paloma – Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
Cada fin de año los ciudadanos en todos los rincones de Colombia han tenido como tradición la quema de un ‘Taitapuro’ o ‘Año Viejo’, es prácticamente un ritual con el que las comunidades despiden del año que termina y le dan la bienvenida al que inicia.
Con el ‘Taitapuro’ o ‘Año Viejo’ las personas tienen emociones encontradas, pues simbólicamente queman y acaban con las malas experiencias o hechos que desean olvidar y dejar atrás, pero igualmente, es la oportunidad para celebrar todo lo bueno que consiguieron durante los doce meses que terminaron.
Lo que sí es más común es ver como estos muñecos de trapo se han convertido en un pretexto para despedir el año, recientemente se venden en miniatura para ser quemados con deseos e intenciones personales, es una práctica que contribuye a que las personas quemen todo aquello que los afecta emocionalmente y así mismo hacerse promesas de cambio para iniciar el año con nuevos propósitos y metas.
Los ‘Taitapuro’ o ‘Año Viejo’ nunca dejarán de existir como una tradición colombiana, en Popayán donde más se encuentran es en los barrios populares, con estos muñecos de trapo se representan a los amigos del barrio o al personaje más impopular de Colombia. Un ‘Año Viejo’ sirve para recoger fondos para la despedida del año, tanto grandes como chico ven en ellos la oportunidad de pedir monedas, lo cierto es que un ‘Año Viejo’ alegra el ambiente en los barrios y cuadras.7