CAYO BETANCOURT
@cayobetancourt
De acuerdo con Naciones Unidas Mujeres, la organización encargada de promover la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres. El día de hoy sólo hay 21 mujeres jefes de estado, los hombres siguen representando el 75% de los parlamentarios y ocupan el 73% de los puestos directivos.
Para generar un cambio en estas cifras, se debe abordar la situación con los cuatro actores principales en una sociedad: educación, empresa pública, empresa privada y ciudadanos. En este último, el desarrollo de liderazgo femenino debe cambiar desde la familia, apoyando actividades y empoderando a las niñas para tomar retos personales o académicos que les permitan desarrollar sus habilidades, generando confianza y no limitarlas basándose en un estigma cultural.
Estudios muestran que no hay diferencias en el talento de liderazgo entre hombres y mujeres. Por otra parte, se creía erróneamente que las mujeres presentaban mayor aversión a los riesgos, por lo tanto, no hay razón para evitarlos indica Shannon Schuyler de PriceWaterhouseCoopers, donde el miedo al riesgo pone en peligro la carrera de las personas.
Por otra parte, respecto al comportamiento específico de los líderes, un estudio publicado en la Asociación Americana de Psicología muestra que las mujeres son menos narcisistas en puestos de liderazgo y más enfocadas en hacer las cosas; donde los resultados de crecimiento se observan de modo natural. Este proceso debe apoyarse desde el aprendizaje en las etapas tempranas de la escuela, y continuar como un ciclo en la vida laboral.
En el mundo empresarial, donde las organizaciones tienden a ser más horizontales, se busca con frecuencia características como colaboración, empatía, sensibilidad y consenso, las cuales presentan una tendencia mayor en las mujeres, dice Betina Rama, autora del libro Liderazgo Femenino.
Educación: La formación de competencias relacionadas con el liderazgo debe iniciar en la escuela, con juegos de roles. Donde se aprende a ejecutar actividades como líder y seguidor, aquí los participantes entienden que se debe apoyar al líder y no verlo como un obstáculo o competencia. Por otra parte, cuando se toma el rol de líder, debe guiarse el proceso, entender la temporalidad y enseñar a los estudiantes cómo regresar a una posición que no tenga el liderazgo implícito.
Un ejemplo del aprendizaje basado en roles es El modelo de Naciones Unidas, donde los niños toman diferentes funciones y desde un proceso multidimensional, adquieren habilidades de liderazgo que deben reforzarse en las etapas posteriores de aprendizaje.
Empresa: Un obstáculo presente en las organizaciones es la paradoja de la caja de huevos, donde no se puede tomar una posición porque todas están ocupadas. La falta de oportunidades en el mercado o en la organización hace que las personas permanezcan largos periodos de tiempo (4 años o más) en la misma posición, comprometiendo la rotación de los equipos y evitando el progreso. Las organizaciones de recursos humanos deben jugar un papel fundamental para identificar estos bloqueos y promover rotación, a la vez generar oportunidades para que las mujeres crezcan dentro de las organizaciones.
Este crecimiento no debe promoverse sin estrategia. En un afán de cumplir con la equidad de género a través de la responsabilidad social y corporativa, algunas empresas promueven de manera indiscriminada a las mujeres hacia cargos directivos, generando problemas de desempeño cuando no se tiene la preparación adecuada. Esta situación causa una percepción negativa en el mercado y se debe a un problema de estrategia corporativa y no a un problema intrínseco de liderazgo de las mujeres.
Para evitar estos inconvenientes, el apoyo de un mentor es fundamental en el desarrollo de liderazgo. Este proceso debe ser constructivo, desinteresado y eficaz, permite apoyar el desempeño de las mujeres indicando los puntos a mejorar y resaltando logros. Se recomienda nombrar un mentor que no tenga relación directa jefe – empleado, evitando sesgos laborales y permitiendo un apoyo transparente. Finalmente, el crecimiento de líderes femeninas debe observarse como un proceso orgánico en las empresas, no se puede cubrir en un día las falencias observadas en la sociedad por décadas.