Una nueva diplomacia

HAROLD MOSQUERA RIVAS

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Las recientes intervenciones del Presidente Iván Duque en la Asamblea General de las Naciones Unidas, transmitidas por los medios de comunicación, ponen de presente la nueva forma de ejercer la diplomacia, al menos respecto del vecino país de Venezuela.

El doctor Duque ha decidido irse lanza en ristre contra el gobierno del hermano país, calificándolo de dictadura violadora de los derechos humanos y protectora del terrorismo, incluso anuncia que encabezará una demanda ante la Corte Penal Internacional por lo que considera delitos de lesa humanidad cometidos por el Presidente Nicolás Maduro. Así mismo convoca a una mesa de donantes para realizar aportes que permitan a Colombia atender a los inmigrantes venezolanos que por cientos de miles han venido ingresando a nuestro país en procura de solución a los problemas derivados de la crisis venezolana.

En reacción al discurso del presidente Duque, el canciller Venezolano acusa a Colombia de ser vividor del sistema internacional, pidiendo ayuda económica para la guerra, con el plan Colombia, luego para la paz y ahora para los migrantes. Estas intervenciones evidencian que el efecto de la diplomacia de nuestro Presidente ha sido como apagar un incendio con gasolina, pues ahora más que nunca el gobierno venezolano nos declara la guerra diplomática, escucharemos los discursos de todos sus dirigentes en contra de Colombia y su actual gobierno y posiblemente se caliente la frontera con hostilidades derivadas de esta nueva diplomacia, en perjuicio de los habitantes de las zonas limítrofes.

Es innegable que en Venezuela las cosas no están bien, también es evidente que los países vecinos estamos sufriendo las consecuencias de esa crisis y que urgen resolver el problema del vecino país en beneficio de todos los venezolanos y de quienes los consideramos hermanos latinoamericanos, pero me parece que no está bien que el Gobierno Colombiano busque la solución al problema izando las banderas de la confrontación agresiva y desafiante, en unos términos que ni siquiera el gobierno de los Estados Unidos, que tiene parte se responsabilidad por lo que sucede en Venezuela ha asumido, pues no hemos escuchado al presidente Trump en estos días manifestado que ellos van a denunciar a Maduro ante la Corte Penal Internacional o que no les van a comprar más petróleo. Cómo entender y justificar este cambio de política, cuando el anterior gobierno utilizó la diplomacia pero para poner en evidencia la crisis que vive el vecino país y la forma como nos está afectando, reclamando una solución al problema, pero sin acudir a la amenaza y al desafío que son propios de países con alto poder militar y en condiciones de someter por la fuerza al amenazado, como Estados Unidos con Irak, Afganistán y Corea del Norte, donde ha intervenido utilizando su poder pasando por encima de las normas del derecho internacional. Pero en Colombia la fuerza pública está tan ocupada con los conflictos internos y la lucha contra los cultivos ilícitos, que sin lugar a dudas no hay cómo ocuparse de los asuntos que se pueden presentar en la frontera con Venezuela como consecuencia de esta nueva diplomacia. Creo que el doctor Duque con su discurso internacional está asumiendo un papel que antes que soluciones nos va a traer más complicaciones de las que tenemos, espero estar equivocado en esta última afirmación y que más temprano que tarde veamos resueltos de manera pacífica y en beneficio de todos los problemas de Venezuela y por supuesto lo de Colombia también.