EDITORIAL
Por: Danilo Reinaldo Vivas Ramos
Los buenos precios que han acompañado al café en los mercados internacionales, debido al déficit de oferta del grano a nivel mundial, derivado de la baja sensible de la producción de café en el mayor productor: Brasil, que tuvo dos años continuos de heladas que afectaron sustancialmente los cultivos en amplias zonas cafeteras de dicho país, lo cual ha repercutido también favorablemente en el precio interno del grano, durante este tiempo, lo cual ha favorecido, sin lugar a dudas, a nuestros caficultores, entre ellos los caucanos, en virtud de ser hoy el cuarto productor de café a nivel nacional, siendo el café un dinamizador económico importante en la economía del Cauca.
No obstante, esta época de buenos precios se ha visto ensombrecida por la disminución de la producción en todo el territorio nacional, por las fuertes precipitaciones y lluvias permanentes que han azotado las zonas cafeteras del país, lo que se pudo compensar un poco con una tasa representativa del dólar más allá de los cuatro mil pesos. Lo cual a su vez llevó a una desorbitada elevación en los precios de los fertilizantes, los cuales, en un porcentaje muy alto, por no decir el 100%, es importado ya que sus precios están tasados en dólares, afectando como es natural las utilidades que estaban percibiendo los productores.
La baja producción, la que para este año está prevista una reducción entre el 15% y el 20%, con respecto al mismo periodo del año anterior, y la reciente caída del precio del dólar, se constituyen en los dos elementos que le “aguaron” la fiesta a los caficultores colombianos y caucanos, en razón a que tienen que destinar más recursos para poder atender sus cafetales en estas épocas de lluvias.
En el caso particular de la caficultura caucana, la época de la cosecha principal que se daba entre los meses de mayo y junio, ésta se ha visto extendida en el tiempo, lo más probable es que habrá café, en pequeñas cantidades, quizá hasta el mes de agosto, esto debido a que no se tuvo un verano concentrado, por lo que la aparición de las floraciones se vio afectada y de esa manera la formación de los frutos, teniendo como consecuencia una cosecha no concentrada, situación que también afectará la ‘traviesa’, que regularmente se da entre los meses de octubre y noviembre. Habrá que esperar hasta que finalice el mes de junio y poder comparar la cosecha, comparativamente a la que se recogió en este mismo mes el año inmediatamente anterior.
La situación que hoy se vive en el sector cafetero nacional y local es de incertidumbre, la cual, a pesar de los esfuerzos realizados por la Federación Nacional de Cafeteros no se ha logrado invertir la tendencia, la cual viene adquiriendo características de dramáticas, en virtud del reporte de compras de café dado por las cooperativas de caficultores que, con cifras consolidadas a la fecha, con respecto al mismo periodo del año inmediatamente anterior, ésta ha disminuido en un 31%, cifra considerable y que pone el vilo la producción de esta año, la cual podría estar en menos de 12 millones de sacos, con las consecuencias que de ello se derivan, por un lado la contribución cafetera y por el otro los recursos producto de las exportaciones del grano, los primeros afectan al gremio caficultor y los segundos a la balanza comercial del país.
Habían pasado varios años en los que la producción de café estuvo sobre los 14 millones de sacos, gracias a una política integral de renovación del parque cafetero nacional por el gobierno nacional, lo que permitió la recuperación de mercados internacionales y fortalecer la caficultura nacional. Hoy, cuando ya no contamos con este elemento diferenciador, ya que el programa de renovación de cafetales no ha contado con el apoyo del gobierno nacional, por lo que los efectos de las intensas lluvias sobre los cafetales sean mayores y en algunos casos irreversibles. Se hace urgente en consecuencia atacar dos frentes: Propender por la baja de los precios de los fertilizantes y la financiación de programas de renovación, no hay otra cosa que hacer, ya que sobre las lluvias no se tiene ningún control. He ahí la tarea que tiene el gremio caficultor.