Primero, la decencia…

EDITORIAL

Por: Danilo Reinaldo Vivas Ramos

Asqueante, por decir lo menos, la bajeza a la que han llegado las expresiones de la actual campaña presidencial en su segunda vuelta. Ya desde la primera vuelta se dispararon impactos que dieron en el blanco de algunos candidatos que quedaron eliminados, lo cual desembocó en los resultados que hoy tenemos: una contienda entre dos candidatos sobrevivientes: Rodolfo Hernández y Gustavo Petro. Así esta diseñado el sistema electoral en la Constitución de 1991.

Los diferentes medios de comunicación hablados y escritos y la televisión han atiborrado sus espacios destacando, bastante más que los programas y propuestas de los candidatos, los agravios personales, los insultos, las calumnias y toda clase de ofensas, lo cual, sin duda ninguna, tiene a una buena parte de la masa de votantes no solo hastiados sino con severos deseos, ya de apartarse del proceso electoral o de abstenerse de escoger a uno cualquiera de los contendores y utilizar la casilla denominada “voto en blanco”. Es decir que, en cierta medida, los medios de comunicación hemos venido siendo partícipes de esa guerra sucia y vehículos de la ardiente y peligrosa polarización.

A ciencia cierta, no es fácil ubicar, con precisión de joyero, dónde está el límite exacto entre dar la información escueta y/o editorializar sobre la noticia, con lo cual el medio acaba “matriculado” de alguna manera, en tal o cual tendencia, aunque dada la tremenda polarización, es innegable que, fácilmente, se puede leer entre líneas cual es la orientación que puede tener o adjudicársele, en este caso, al periódico. Pero, precisamente, a sabiendas de la hipersensibilidad a la que han llegado los lectores y la sociedad en general, es recomendable tener el mejor de los pulsos para atinar al máximo equilibrio en el manejo de la información. No quiere decir esto que el periódico no pueda tener una preferencia en sus ideales. Pedir eso es prácticamente imposible. Pero en lo que hay que insistir es en la mesura y el respeto por las opiniones ajenas, para así mismo, exigirlo por las propias.

Otro punto de vista es el que corresponde a las páginas de opinión, en los cuales los columnistas son y se hacen responsables de las expresiones utilizadas en sus espacios, sin que, desde luego, se llegue a transgredir la línea del respeto a los lectores y a la comunidad en general.

No cabe duda de que lo sucedido en los días anteriores, con el tema de los llamados “petrovideos”, que ha difundido principalmente la revista Semana, ha generado un malestar entre la comunidad votante que tiene a muchos tentados a alejarse de las urnas. En ese caso sí, considera este periódico, necesario expresar su invitación a no aislarse del proceso y sí, a tomar partido, cualquiera que el fuere, pero votar escogiendo el candidato que considere el más cercano a sus creencias y a su preferencia.

El momento es de gran trascendencia y en ese caso, la verdadera democracia requiere del concepto y de la presencia de sus integrantes. Por eso la invitación de este periódico es a hacerse partícipe de las decisiones, para poder, entre otras cosas, adquirir el derecho a defender sus ideas y compartir sus propósitos o disentir de las pretensiones de sus contrarios, pero siempre, siempre, dentro de los parámetros de respeto y convivencia pacífica en que se sustenta nuestro estado de derecho.

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