COLUMNA DE OPINIÓN
RODRIGO SOLARTE
Una nueva vida para Colombia está en el horizonte cercano del próximo domingo 29 de mayo del 2022. Esta madre se alimenta de todas las regiones con sus hijos e hijas, comprometidas con el PACTO POR LA VIDA, alimentada por las mujeres y hombres de todas las edades, estratos, etnias y culturas, que estén en cualquier lugar del país, continente y planeta.
Con Gustavo Petro como obstetra mayor del equipo, y Francia Márquez, a nombre de todas, llamamos a la juventud e incrédulos con sus razones, a multiplicar los esfuerzos de esta gestación de varias décadas, para que, con la FE del domingo, o la que se tenga, y madrugando, como otro día de trabajo, voluntariamente y consciencia responsable, le evitemos un trabajo de parto prolongado con una segunda vuelta indeseada por todas las familias pendientes en campos y ciudades.
Con la atención mayoritaria del Constituyente primario desde las periferias hasta los centros urbanos, familias votando en paz, con el entusiasmo artístico de cada región: chirimías, papayeras, gaitas, tríos, acordeones, violines, campanas al aire, bailes, y tantas, tantas manifestaciones que caracterizan a mujeres, jóvenes, guardias, soldados y policías, festejaremos este nacimiento que ya camina con tantos procesos que aumentarán para vivir y trabajar sabroso, hasta que la dignidad y alegría justa se hagan costumbre.
No todos los partos colectivos han sido históricamente recordados por la humanidad y el paraíso planetario que nos sostiene y mantiene.
La memoria intergeneracional terrícola con los continentes y países da y dará testimonio de este ejemplar Cauca desde sus ancestros y mártires, defensores hoy de la vida, territorio con la biodiversidad y riquezas, motivo de tantas abortadas esperanzas, y también realizaciones, materiales y espirituales de quienes lo habitaron y lo seguimos construyendo y proyectando.
Sintámonos todos como ingenieros de nuestras vidas con las actuales y futuras compañeras y compañeros solidarios en familias y comunidades. Seamos capaces de pasar del pensamiento a la acción que nos humanice dentro del territorio que habitemos.
Desde cada labor y disciplina del conocimiento podemos imaginar simbólicamente, la gestación de proyectos en marcha con las dificultades, controles y evaluación frecuente para las correcciones oportunas, de ser necesarias.
La consolidación progresiva del trabajo en equipo con la responsabilidad de cada uno en el sistema integral que va desde la idea hasta el final, incluye lo comunitario y social, ya que toda labor en representación de la gente y sus aportes, es o debe ser con las comunidades y familias interesadas o beneficiadas, como aportantes del presupuesto nacional, descentralizado y central.
Los partos culturales son de larga gestación, pasando por la visión criticoconstructiva y reflexiva, que incluya las experiencias previas e innovaciones que se piensen o planteen por iniciativas individuales, grupales y de procesos interculturales pertinentes.
El pragmatismo centrado fundamentalmente en lo monetario, ha sido hegemónico para la toma de decisiones. Algo se ha adelantado ya con los llamados presupuestos participativos como concepto, el cual, en ambientes concentradores de la riqueza en pocos, y enfermos por la corrupción, no se salvaron de la contaminación.
El crecimiento y desarrollo integral de este recién nacido a término, no prematuro, y sin cesárea, simbolizando una segunda vuelta electoral indeseada, dependerá de todas y cada uno de nosotros, electores del CAMBIO hacia una Colombia madre, más humana.
Madres que deberán ser bien alimentada con sus hijos, sin necesidad de UCIS en el futuro por la cultura preventiva que basada en el conocimiento científico desarrollemos con mujeres y hombres. Con compañeros de especie humana, decididos a superar progresivamente el patriarcado y colonialismo de tan prolongada historia.
Son muchos y variados los partos regionales que se gestarán con las comunidades.