El Petrismo en Colombia

GISELLE DELGADO

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Ser Petrista significa una convicción plena sobre la justicia social. Eso está planteado en su programa de gobierno, el cual tiene una línea transversal humanista, quizá mal interpretado por quienes lo denominan populista. La experiencia como estadista que es, lo ha hecho comprender que, para llevar a cabo una política social no se debe deslindar del empresariado; pues el generar y crear empresas es uno de sus mástiles. Estas empresas deben generar réditos que se reflejen en la estabilidad laboral. Tampoco contempla en su programa deslindarse de países como Estados Unidos u otros países mercantilistas. El fortalecimiento de la producción nativa es otro eje de su propuesta de gobierno que fortalecería el campo y su producción, tratando de fortalecer la producción de insumos y abonos que en este momento son demasiados costosos para el campesino productor.

La educación pública en todos los niveles, desde el preescolar hasta la educación superior, posgrados y maestrías; es una de las herramientas más progresistas que pueda haber en este momento en Colombia, la educación es precaria o imposible sobre todo para las regiones más distantes del país y en comunidades marginadas de la ciudad; nuestra educación tiene los indicativos mas bajos de calidad y cobertura.

Hay actualmente un sistema de salud en Colombia en el cual desapareció la medicina preventiva, mientras se fortaleció la medicina asistencial mediada por entes carcomidos por la corrupción. Niños en la Guajira, en el Chocó, mueren aún de desnutrición. Esta enfermedad que debería estar erradicada del planeta; pues esta patología es la hija de la corruptela y la politiquería de un sistema que se atreve a robarse hasta los subsidios y recursos destinados a la población mas vulnerable. Se llamaría quizás a esto “crimen de lesa humanidad” el robarse el pan y la comida de la infancia.

Como lo diría Francia Márquez, en cuanto a la expropiación: que le van a expropiar a un país cuya población en un 75% no tiene ni casa, ni tierra y prevalecen los destechados o desplazados. Para que las políticas públicas de Petro sean un hecho, se necesita primero que todo, el Voto en primera vuelta y segundo; se necesita fortalecer liderazgos regionales, a nivel de departamentos y municipios que le copien sus ideas y las lleven a cabo a través de procesos administrativos.

Solo con un pensamiento universal y coherente veremos el cambio que hoy soñamos. Él solo no podría cumplir con su programa de gobierno y así podríamos contradecir la palabra de aquella canción que dice que “no hay cama para tanta gente”. Necesitamos nuevos líderes y lideresas en cada región de nuestra querida Colombia, y así poder lograr que haya cama para tanta gente.

¡Es el momento del “cambio en primera”!

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