“Toque de Silencio”… duelo, indignación, solidaridad

ÁLVARO GRIJALBA GÓMEZ

[email protected]

“Toque de silencio”… El execrable hecho terrorista que nos tiene a todos, al país y al mundo entero conmovidos por lo fatídico del mismo que deja 21 víctimas mortales, hasta el momento, y más de 80 heridos, cometido contra la Escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander, en Bogotá, contra la academia, contra la educación, contra las ilusiones de profesionalización de centenares de estudiantes que se preparan para convertirse en servidores de la Patria como oficiales de la Policía Nacional de Colombia, lo repudiamos y condenamos con toda vehemencia, dolor en el alma y rabia en el corazón.

Este abominable crimen dirigido contra una juventud ansiosa de un mejor futuro, contra jóvenes cuya única arma eran sus libros, es fruto del demencial, canalla y repudiable terrorismo perpetrado por fuerzas al margen de la ley, sabemos cuáles son, que pretenden acorralar y doblegar al Estado Democrático y Social de Derecho, dizque para “negociar y presionar” una pretendida reconciliación, propósito que jamás conseguirán con estos repudiables métodos.

Este es un gobierno en manos de un joven y sereno estadista el Presidente Iván Duque Márquez, a quien el pulso no le tiembla, apoyado por los colombianos unidos hoy más que nunca para rodear al gobierno legítimamente constituido, y solidarizarse con la institucionalidad toda, para librar contra estas miserables e infames formas de violencia la lucha que sea necesaria, derrotarlas y hacer caer sobre ellas el implacable peso de la ley, y el repudio de toda una sociedad que llora el crimen cometido contra estos jóvenes de nuestra Policía Nacional defensora constitucional de la Nación.

La Patria está de luto y acompaña a todas las familias que perdieron a sus amados hijos en este siniestro, inhumano y atroz acto terrorista del eleno explosionista José Aldemar Rojas Rodríguez, alias “el Mocho”, quien evadiendo el control en la entrada de la Escuela de Cadetes atropellando a los guardas, ingresa a las 9 y 30 de la mañana del pasado jueves, en una vieja camioneta Nissan Patrol modelo 93, cargada con 80 kilos de pentolita, que explosiona al estrellarse contra el pabellón de alojamiento de las chicas cadetes, causando muerte, terror, desconcierto y pánico.

Nadie sabe, si no lo ha vivido, el dolor que representa perder un hijo, que es lo más amado y sagrado que se tiene en los hogares, la razón de ser de las familias y sobre todo como en este dolorosísimo caso, perder a seres maravillosos en plena flor de la juventud, henchidos de patriotismo, deportistas, plenos de sueños que se vieron truncados en un instante de demencia e insensatez terrorista.

Nuestras más sinceras y afectivas expresiones de infinita solidaridad con los padres, madres, hermanos y demás familiares de las víctimas de este vil atentado en estos momentos de indecible dolor y tristeza con el que se cubren las 21 familias afectadas por tan cruel e infame episodio que revive las trágicas épocas de la violencia narcoterrorista del nunca bien recordado Pablo Escobar.

La indignación que sentimos todos los ciudadanos colombianos de bien que somos las grandes mayorías de este país, se viene expresando en la solidaridad hacia las familias de las víctimas, hacia la Policía Nacional, hacia el Presidente Iván Duque Márquez quién en medio de su serenidad tomó con firmeza la determinación de romper las negociaciones que se venían adelantando con el Eln en Cuba, y levantar la indemnidad que cubría a los negociadores de este grupo terrorista y dar vía libre para su captura. Se les acabó la mano tendida, aunque quede el corazón grande.

Es de resaltar la labor de los grupos de inteligencia y la Fiscalía, que en un tiempo record de seis horas logró la identificación del autor material de este atentado terrorista y avanza con pasos firmes para descubrir los demás autores intelectuales y coparticipes en este crimen de lesa humanidad, de este asesinato de 21 estudiantes de una institución educativa y de formación; ya fue identificado y capturado un sujeto vinculado a este repudiable hecho contra la sociedad colombiana de bien. Rigor en el castigo contra estos criminales.

Nuestra clara y contundente expresión de repudio y rechazo contra este sanguinario, inhumano y monstruoso acto terrorista, y nuestra indeclinable voz de solidaridad para con el Gobierno Nacional, la Policía Nacional y las familias de los jóvenes Cadetes inmolados

Nuestras oraciones, blancas azucenas, rosas y claveles rojos sobre sus tumbas… “Toque de Silencio”…