Sembradores y cuidadores de árboles

ALVARO LOBO AMAYA WEBÁLVARO LOBO

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Por iniciativa del senador del partido de la U, Mauricio Lizcano, cursa en el Congreso de la Republica el proyecto de ley que busca promover la siembra de árboles en el país de una manera obligatoria y como una estrategia para la conservación y protección de ecosistemas y además, para generar conciencia ecológica sobre la importancia de la protección del medio ambiente. En varias oportunidades el doctor Ariel Armel, Director del Boletín del Consumidor, ha promocionado por la televisión esta ley bajo el lema: “Hagamos del departamento un bosque”.

Uno de los objetivos de la ley, además de fomentar la cultura de la siembra de árboles y que contempla necesariamente su mantenimiento o cuidado, es contrarrestar los efectos del cambio climático y compensar la tasa de la deforestación que, paradójicamente siendo Colombia uno de los países más biodiversos del planeta, ocupa los primeros lugares en el escalafón de la tala de bosques. .

Resulta interesante el proyecto de ley en relación a la población o universo a quien va dirigida. Indudablemente su cumplimiento recae sobre el sector de la educación y de manera particular, a estudiantes de primaria, secundaria y la universidad para que adopten árboles y los acompañen en sus primeros años de crecimiento.

Siempre hemos manifestado que, el tema ambiental es atractivo en la medida que los buenos desempeños produzcan réditos o reconocimientos. Pues bien, esta iniciativa ecoambiental crea el “Incentivo Verde” para los estudiantes; en la medida que quienes cumplan con la obligación serán estimulados con: “becas y subsidios, preferencia en empleos de carrera administrativa e ingreso a instituciones educativas públicas o privadas, y descuentos de costos de matrícula en educación superior”, como lo establece esta ley. Así mismo, se establecen como incentivos para quienes obtengan el certificado descuentos en: expedición de tarjeta profesional, certificados de tradición y libertad, copia de registro civil de nacimiento o defunción y sobre el valor por concepto de trámites de apostilla o legalización de documentos.

Desde luego, cumplir con este mandato obliga al Estado a crear viveros para la producción de las plántulas, donde no los hay, y para aquellos departamentos donde funcionan las Corporaciones Autónomas Regionales, las Secretarías de Ambiente o Ambiente y Agricultura a apoyar financieramente estas biofabricas para que hagan fomento, es decir, dejen un porcentaje de la producción para entregar a los alumnos de una manera gratuita. Es la oportunidad para enviar un mensaje a las CAR y a los Consejos Directivos que los viveros no son Unidades de Negocios que buscan, fundamentalmente, márgenes de utilidad.

Sin lugar a dudas, una vez se apruebe en el Congreso esta ley, el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible tendrá que reglamentarla en lo relacionado con la expedición del Certificado Verde, especies a sembrar y mantener, delimitación de áreas de aptitud forestal y el procedimiento para que los establecimientos educativos incorporen en su Proyecto Educativo institucional (PEI) y el Proyecto Ambiental Escolar (PRAE) las actividades de siembra y cuidado o mantenimiento de las especies plantadas, de igual manera, las autoridades diseñarán el protocolo de seguridad para el desplazamiento de los estudiantes a los sitios seleccionados.

El proyecto de ley es una iniciativa novedosa y bien intencionada, desde la perspectiva de la educación ambiental y el fomento de la cultura forestal desde la niñez y la adolescencia, no resuelve de fondo los problemas de déficit de cobertura de bosques pero, en algo contribuye a la mitigación del cambio climático, recuperación de la capacidad de retención de las cuencas hidrográficas y de alguna manera, la compensación por deforestación. Se materializa con esta ley la etérea educación ambiental; y su aplicación va a dejar saldo pedagógico en los estudiantes, con base en la experiencia de sembrar árboles y lo más relevante: garantizar su supervivencia a través de las actividades de mantenimiento, cuidado, de las áreas reforestadas. Llego la hora de reorientar la educación ambiental, especialmente en lo relacionado con los tallercitos y refrigerios.