Publicidad engañosa

ramon ernesto benavides portillaRAMÓN ERNESTO BENAVIDES PORTILLA

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No todo lo que brilla es oro dice un viejo adagio.

con bombos y platillos, desde la oficina de trabajo del SENA se convocó a las personas con discapacidad para la posibilidad de un empleo; solicitaban entonces la hoja de vida.

Silvio Juaco Trujillo, persona con discapacidad física, manifestó que se gastó 12.000 pesos para hacer su hoja de vida. Pero cuando llego al SENA le manifestaron que ya se habían cerrado la convocatoria.

Íngrid Ortiz, una persona con limitación visual, también manifestó que le costó 7.000 pesos la elaboración de la hoja de vida, esto sumado a los transportes desde una vereda hasta Popayán. ¡Oh! sorpresa cuando le dijeron que para personas con limitación visual no había nada.

Carlos Illera, coordinador del programa Ágora para invidentes, ad honorem en el SENA, se llevó una gran sorpresa al enterarse que la convocatoria no era para invidentes.

Edison Mamian, Luz Carmen Monje y otras personas con discapacidad, coincidieron en decir que esta convocatoria se asimilaba a un falso positivo, ya que estaban en el lugar equivocado.

Claro… Pero esto no es nada nuevo, nunca han habido programas serios que de manera organizada y planificada, resuelvan las necesidades de las personas con discapacidad, por lo menos en lo fundamental.

Hasta la oficina del SENA llegaron periodistas y personas con discapacidad; unos con la ilusión de conseguir trabajo por primera vez en su vida, y los periodistas, con el fin de dar a conocer una primicia en favor de las personas con discapacidad. Sorpresa nos llevamos cuando manifestaron que era solamente una convocatoria cerrada para personas que están capacitándose en perfiles de baristas, manicure, meseros entre otros, que la convocatoria era para presentar la hoja de vida y una entrevista con la psicóloga del SENA.

Por favor, no seguir jugando con las necesidades de quienes andan ávidos de una ubicación laboral y les pedimos el favor a algunos secretarios, secretarias y periodistas, que no se presten para hacer esta clase de convocatorias engañosas.

De estos llamados en Bogotá ya lo vivieron 400 personas con discapacidad a los cuales les hicieron llevar hoja de vida, manifestándoles que si ellos ya conocían la empresa en donde iban a emplearse, a lo que respondieron las personas con discapacidad: “si conociéramos la empresa a la que nos vamos a emplear no estaríamos aquí”.