Lluvia y esperanza

Por: Álvaro Guzmán Barney

Director del Centro Interdisciplinario de Estudios de la Región Pacífico Colombiana, CIER

Universidad Autónoma de Occidente

Escribo el domingo, día de elecciones, y para escribir es muy difícil abstraerse del tema  que domina la opinión pública de los últimos meses. Sin embargo, el día amaneció después de una noche con copiosa lluvia en los Farallones y no he podido dejar la costumbre de votar a primera hora. Camino del puesto de votación y paso por el río Cali que confluye con el río Aguacatal. Sobretodo el primer río viene con bastante agua, no tanta como se esperaría, después de la noche lluviosa, pero de un color muy particular: entre anaranjado y rojo. El otro viene con aguas de color barro carmelito. Se puede observar que ambos ríos arrastran una porción importante de capa vegetal. Esto sucede desde hace muchos años, todos los inviernos, y significa que se están erosionando las montañas por donde nacen y corren las quebradas y los ríos. Y no sucede solamente en estos dos casos, es en todos los ríos y quebradas y de manera muy grave,  a la vista de todos, sucede por el Cauca y sobra decir que por el Magdalena. En el mediano plazo, algo se debe hacer y, si no es un punto del acuerdo de Paz, que por lo menos sea de un gran acuerdo nacional de las partes que componen esta sociedad para salvar su patrimonio más valioso, como lo ha destacado el expresidente Mujica, su bio-diversidad.

Pero las horas pasan y no es posible dejar de ver los resultados del plebiscito. Inesperados e indeseados para mí. La votación fue baja, menos del 40%, pero no tan baja si se considera que no fue un evento electoral en el que estaban interesadas las clientelas. El resultado, a favor del no por un pequeño margen muestra una división de fondo que es necesario auscultar mejor. En efecto, el Gobierno promovía la aprobación de la Acuerdos de Paz. La oposición argumentaba que también estaba por la Paz, pero no con el acuerdo suscrito por el Gobierno. En el fondo, estaban preocupados por la impunidad del Acuerdo para las Farc, pero sobretodo, se oponían al Presidente que consideran un traidor de su causa. El tema de la Paz es secundario, frente a la lucha por el poder del Gobierno y de los aparatos del Estado.

Con el voto mayoritario por el NO que se debe respetar como parte del juego democrático  y que también muestra que la Registraduría no es tan corrupta como se decía, el proceso de Paz ha entrado en una situación crítica. No sólamente porque habrá que ver cómo se puede replantear el proceso en temas negociables con las Farc, con la participación de una fuerza distinta que es el Centro Democrático que ha pretendido la mano dura. Las Farc no van a aceptar una rendición en la negociación si aceptan su tránsito hacia un movimiento político. ¿Qué más es negociable, que sea aceptable para el Gobierno, para el Centro Democrático y para las Farc? Seguramente que haya, paradójicamente, más impunidad para que no pasen por la justicia miembros de la élite económica y política y las Farc no se quedarán atrás en su exigencia simétrica para ellos.

El hecho importante, a pesar de los resultados del plebiscito, es que el Proceso de Paz es una necesidad sentida por la comunidad internacional, por lo poco de Nación que tenemos, en medio del conflicto político personalista, por las víctimas y las poblaciones de territorios afectados por el conflicto armado y por las mismas Farc que han dicho que no se echan para atrás.

De la situación política crítica hay que salir, fortaleciendo un propósito nacional. Uribe terminará reconociendo que había un conflicto con posibles temas de acuerdo. Las Farc reconocerán que son una minoría en este país y que están muy lejos de consolidar su proyecto revolucionario, incluso por los medios políticos. Colombia sí está en la posibilidad de innovar creativamente hacia el futuro sobre la base de la inclusión y el respeto. Esto es tan importante, que entonces podremos dedicarnos a lo fundamental: tener un país sostenible para las proximas generaciones. En medio de la lluvia y la situación crítica hay que trabajar con esperanza por un país mejor.