La poesía tiene la palabra

JOSÉ ANTONIO CONTRERAS

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El Perú, ese país hermano que otrora fue el inmenso imperio incaico, denominado el Tahuantinsuyo, está siendo herido en su lado más tierno y controvertido. El Fiscal de la Nación, Pedro Chavarry, un abogado de pasado oscuro, el cual, con anterioridad, había sido denunciado por prácticas corruptas, y por pertenecer al grupo mafioso “Los cuellos blancos”, ha tenido la osadía y la desfachatez de dar de baja, no renovándole el contrato, al único fiscal que viene luchando contra la corrupción a nivel gubernamental.

Entre sus actividades de justicia figuran el hecho de haber enviado a prisión a la ex candidata a la presidencia Keiko Fujimori Higuchi,  hija del ex presidente Alberto Kenya Fujimori Fujimori, actualmente preso por delitos de lesa humanidad, a quien otro ex presidente corrupto, Pedro Pablo Kuczynski, le había otorgado un indulto, el cual ha sido  recientemente anulado por la Corte Suprema del Perú. Y asimismo, haber logrado el Impedimento de salida del país para el ex presidente aprista Alan García Pérez, otro ciudadano peruano acusado de ser un asesino y un corrupto.

El repudio no se ha hecho esperar y los peruanos han salido a las calles a reclamar por tal majadería y han logrado que el Fiscal de la Nación, Pedro Chavarry, recule de esta actitud y dé marcha atrás reponiendo en sus funciones dentro del Ministerio Público al fiscal anticorrupción José Domingo Perez.

Cualquier parecido con la realidad de nuestro país, es pura coincidencia. En Colombia no pueden suceder estas cosas porque vivimos bajo el imperio de la ley y somos una nación absolutamente democrática. No es una broma, pero es teoría, pues en la práctica suceden estos hechos delictivos y peores aún a esos niveles gubernamentales, sino pregúntele a su vecino y él refrendará mi dicho.