La momia de la política

GISELLE DELGADO

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Yo estaba ahí, blanca, translucida, mi piel reseca y los ojos hundidos, la venda me cubría de los pies hasta la cabeza, una momia completa. En el sueño tenía cincuenta años de seguirle los pasos a Tutankamon con la diferencia de que de un momento a otro, la venda de mis ojos caía y me despertaba. Pero me despertaba cincuenta años atrás, por casualidad escuche la radio, la cual repetía la noticia de que el presidente de Estados Unidos estaba seguro de que tumbaría a Salvador Allende. El noticiero decía también que los chilenos morían de hambre, que las ayudas no podían llegar y los mercados desabastecidos…

El presidente norteamericano Richard Nixon y su secretario Henry Kissinger repetían que estados Unidos como potencia, salvaría al pueblo chileno. Poco a poco los medios se tomaron la palabra y empezaron a generar pánico, difundiéndolo en los países vecinos, mientras distraían al pueblo chileno con Fútbol y telenovelas. El golpe de estado a Allende fue calculado desde el norte por una campaña mediática de intimidación. En el sueño yo sentía escozor, pero la momia seguía a la expectativa de las noticias. Las noticias crearon también el fantasma de Fidel Castro que se mostraba como una epidemia o pandemia a la que había que erradicar a toda costa. Las noticias eran avasallantes, pero halagadoras para la mayoría de desprevenidos que estaban convencidos de que nada pasaría en Latinoamérica, mientras la potencia del norte tomara el liderazgo.

En el sueño la momia volvió a despertar, habían pasado veinte años. Y para sorpresa de la Momia se repetía una noticia, pero esta vez Estados Unidos debería salvar a los Iraquíes, se decía que Irak era un peligro porque tenía bombas nucleares; pero que el pueblo no debería preocuparse porque se enviaría ayuda a los desprotegidos, hambrientos y miserables.

En el tercer despertar de la Momia se escuchaba la gran noticia de que un presidente negro que había ganado el premio nobel, contemplaba un niño norteamericano herido en un accidente mientras simultáneamente, en Siria morían miles de niños masacrados por las bombas Norteamericanas.

¡¡Desperté!! Que sueño tan tragico, trate de relajarme y encendí la radio y entonces escuche yo misma la noticia: Era el 13 de febrero del 2019 y en la televisión repetían: “Presidente Trump se reúne con presidente Duque para salvar al pueblo de Venezuela”. Trump con su peluca despelucada y en un inglés perfecto miraba al ingenuo monstruito de Duque que reía confiado de estar al lado del monstruo mayor, que se preparaba para atacar a uno de los mayores productores de petróleo del mundo. La radio decía también: “Trump y Duque contra la dictadura de Maduro”.

Entonces entendí el mensaje del sueño: El mundo no ha cambiado y todavía Estados Unidos coge títeres latinoamericanos para poder justificar e invadir países con riquezas estratégicas. En este momento y desafortunadamente, Colombia se da cuenta que eligió el presidente que necesitaba estados Unidos para poder cumplir con su meta invasora y destructora. Es así que hasta parece que Venezuela tuviera tres presidentes: a Maduro, a Duque y a Guaidó, ¡Mientras tanto Colombia se quedó sin presidente!