La lírica de Silva

diego fernando sanchez.jpg WEBDIEGO FERNANDO SÁNCHEZ VIVAS

[email protected]

Pocos días antes de su encuentro definitivo con la muerte, el poeta bogotano José Asunción Silva, consultó a su médico sobre el sitio exacto del corazón. El 24 de mayo de 1896, un proyectil siguió la trayectoria indicada por el galeno, terminando así, a los 31 años, la vida de uno de los poetas más brillantes y sobresalientes del modernismo.

Y es que su obra poética, que se condensa magistralmente en esa joya literaria que es el “Nocturno”, donde se plasman en una forma desgarrada y angustiosa, sentimientos de soledad, temor y desolación ante la oscuridad de las sombras y la ausencia inexorable del ser amado que ha traspasado el umbral de la muerte, constituye este poema una de las piezas mejor logradas de la poesía moderna universal.

Pero si bien, su colosal legado poético ha adquirido con el tiempo dimensiones orbitales, pues a más de una centuria de su trágica muerte, vemos su obra intacta y su grandeza literaria creciente, en el mundo que le tocó vivir no fue así, y por el contrario su existencia estuvo signada desde muy temprana edad por la tragedia y la incomprensión de su entorno social. Debió soportar en la niñez la muerte de tres de sus cinco hermanos. Tuvo que afrontar la quiebra de un almacén de artículos importados y la furia de los acreedores que en la práctica arruinaron la exigua fortuna familiar. Para completar este cuadro trágico en extremo, una buena parte de su obra literaria se hundió en el buque América, perdiéndose en las aguas del Atlántico, los denominados Cuentos de Razas, los Cuentos Negros y un conjunto de sonetos que titularía ” Las Almas Muertas”.

Pero tal vez el golpe más duro que sufrió José Asunción Silva, fue el soportar la muerte de su amada hermana Elvira, en enero de 1891. Este hecho del que nunca se recuperó, motivó la inspiración de su incomparable “Nocturno”. Es por ese sino trágico que la casi totalidad de su obra está febrilmente entrelazada por un delgado hilo de melancolía y sensibilidad. Estos elementos los encontramos especialmente evidenciados en un conjunto de poemas satíricos, leves, que Silva llamó ” Gotas Amargas”. En uno de ellos denominado ” Cápsulas”, el magistral poeta parece adelantar la descripción de su trágico final y destino suicida, cuando en verso relata la vida del infeliz Juan de Dios quien luego de buscar con desespero el amor, y desencantado de la vida: ” se curó para siempre con las cápsulas de plomo de un fusil”.

Es entonces José Asunción Silva, una figura universal de la poesía. Sean su obra y su lírica, paradigma de las letras de ayer, de hoy y de siempre.