El poeta de Nueva York

Bob Dylan ganó el premio de literatura, y los que hacen literatura se fueran de espalda. Incluso, muchos periodistas y críticos literarios todavía no lo pueden creer. Y a nivel internacional, especialmente en las casas editoriales que esperan ansiosos el fallo para comenzar a lucrarse, hay un grupito de invidentes que no pueden ver más allá de sus ojos y con lenguas vibrantes de tonos similares a la envidia, buscan razones para desconocerlo.

Pero el premio ya se lo dieron, nada qué hacer, señores. Salvo que el ganador lo rechace. Creería yo, que una vez pasado el asombro, deberían dedicar algunas horas de su vida a escucharlo. A leer alguno de los libros que hablan de lo que hay detrás de cada una de sus canciones.

Pero en la vida hay gente así, aunque usted no lo crea. Gente que se dedica desesperadamente a buscar razones para descalificar y desvalorar al otro en vez de alegrarse por los logros y progresos del prójimo.

Por demás, están revolcándose en sus asientos los patrones de la verdad que suelen dárselas de críticos literarios diciendo qué es y que no es poesía; y a veces, con desfachatez le dicen a la gente: “lo suyo no es poesía, lo suyo no es literatura”; pues bien, aquí la Academia acaba de asestar una lección impresionante para esos dioses de la crítica dueños de la verdad que suelen hablar y descalificar a otros desde la impostura de sus títulos de cartón y sus gustos preestablecidos.

Si las letras de las cancones de Dylan “se pueden leer como si fuera poesía”, el asunto tiene que ver por la gran aceptación popular que el autor ha tenido, por la influencia social que ha logrado, por el reconocimiento que ha modelado, por el don de ver el mundo y poder decirlo en una frase que todos entiendan. Sus letras, prácticamente son himnos de varias generacionesy eso no se puede negar.

Dylan, como un poeta visionario, le abrió a la música de su tiempo otras posibilidades y muchos comenzaron a imitarlo. Si bien tiene canciones de amor,si bien tiene letras políticas, también tiene canciones de tono surrealista, e incluso monólogos personales “como si fueran poemas” que no entendemos pero suenan bien (…), pero lo más importante, es que le canta a la gente, y la gente le “copia”.

Hay que recordar que la literatura comenzó a socializarse desde el principio de los tiempos a través de la tradición oral con trovadores y juglares que iban llevando de pueblo en pueblo historias de otros pueblos. Y de alguna manera, Dylan es una especie de juglar que se ha dedicado a recorrer el mundo con mensajes y estribillos de paz, amor y libertad.

A Dylan lo definen como un trovador que ha visitado cuanta plaza de pueblo le han puesto en la agenda para ir a cantar, incluso hasta en la Casa Blanca cuando Obama le entregó la medalla de la Libertad en el 2012, o cuando en 1997 el mismo Juan Pablo II lo escuchó atentamente en el Vaticano. Como autor, celebro este premio y me regocijo “por lo que parece poesía”.

INVITACION: Reitero invitación para el evento POPAYÁN, CAPITAL MUNDIAL DE LA POESIA, EL miércoles 26 de octubre, de 9:00am –a 9:00pm. Doce horas de poesía continua en el teatro Valencia. Más de cien lectores se han inscrito para uno de los eventos literarios más importantes del Sur Occidente Colombiano.

La entrada es gratuita para público en general. Habrá feria de libro y la posibilidad de interactuar con escritores, poetas, declamadores, profesores de literatura. Sin duda, el evento más grande de promoción de lectura que se haya realizado en Popayán. Esperamos contar conla presencia del Alcalde y el gobernador para que lean un poema en el acto inaugural.