Civilidad y represión

FERNANDO OROZCO FAJURI

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Llegué a pensar que era otra de las tantas noticias falsas que montan en las redes, pero poco a poco fui cayendo en cuenta que la realidad era otra …nos dejamos incluir en el negocio y moda de las cámaras fotomultas, creyendo que es una solución a los problemas de movilidad y civilidad que aquejan la ciudad, aparentemente sin solución.

Para la muestra, las empresas que se han montado en la vía Panamericana que conduce a Santiago de Cali, en donde unos particulares, asociados con unos alcaldes, pretenden regular la velocidad en la vía, con un negocio en el cual, escondiéndose en sitios estratégicos, presuntamente para prevenir accidentalidad, llenan unas arcas, mientras la movilidad en cada uno de sus municipios es una pandemia impresionante de violaciones, caos y desconocimiento de la norma de conductores y autoridades. Vaya uno a saber a donde va a parar esa platica.

Lo nuestro, es, en un alto porcentaje producto de la incultura, el desconocimiento, la falta de señalización, las complicidades y otra serie de factores que pueden ser limados con capacitación, ejemplo, disciplina y respeto, en fin, cultura ciudadana, para desmontar las tiranías dueñas de este caos.

Tiranía del peatón, quien pretende que sus transportes, públicos o privados, los tenga en la puerta de su casa, oficina o mandado. En una cuadra puede encontrarse más de tres personas, separadas cortas distancias, parando su transporte. Un peatón con un imaginario herrado de los puentes peatonales: son adornos estrafalarios, para ver pasar eventos en ocasiones especiales. No conocemos con claridad el uso de la cebra lo que hace que en mitad de cuadra la atravesada de la vía sea el común del comportamiento, etc. ¿Será que las cámaras nos ayudan a solucionar esto?

Tiranía del transporte público colectivo e individual. Dueños, amos y señores de la vía. Paradero es un sitio en donde alguien le pone la mano, puede ser cada veinte metros o en la mitad de la vía, la boca calle, la salida inmediata del semáforo o en este cuando cambia a verde. Para ellos lo importante son ellos y nada más, la ciudad, el colectivo no importa. Amén de la emisión de gases, eructos de dragón, invisibles para las autoridades. Sera que las cámaras solucionan esto? ¿Serán necesarios estos artefactos para poder ver tanta locura y desorden?

Tiranía del transporte privado, siempre de afán, entre más gama, más derecho a la vía o a la conversa en mitad de cuadra de vehículo a vehículo. Si bien no hay una oferta suficiente en calidad y cantidad de parqueadero, el sitio predilecto es encima del prohibido parquear o a lado y lado de la calle, dejando estrechos pasos para el tránsito o en los andenes. ¿Será que las cámaras solucionan esto?

Tiranía en el uso del espacio público, hoy convertido, con la anuencia de autoridades, en galería, (sector histórico), mas no de arte, (ojalá), taller de mecánica, lavadero, restaurante, venta de chance, almacén de ropa, centro de oración, sitio de trabajo de los malandros, etc. invadiendo andenes y calles, empujando al peatón a la vía que impide el flujo normal de los vehículos y pone en riesgo a los transeuntes. ¿Será que las cámaras solucionan esto?

Tiranía de los motociclistas, sería muy extenso describir todos los atropellos que estos “ciudadanos” cometen todos los días, a todas horas y en toda la ciudad, incluidos los llamados a controlar estos desmanes. Ya todos conocemos de esta situación. ¿Será que las cámaras solucionan esto?

Si enfocamos los esfuerzos a cambiar este panorama, desde otras miradas, desde la capacitación y el convencimiento, desde la cordialidad y el respeto mutuo, desde el pensamiento colectivo y no individual, dejando como última opción, muy de ultima, la represión, estoy seguro que comenzaríamos a cambiar la vida de ciudad que algún día perdimos entre campañas y gobernantes, entre autoridad y atajos.

Navegamos en un mar de problemas, los cuales, creo, están priorizados para enfrentarlos y solucionarlos en orden, para bien de todos, pero no podemos desgastarnos en planes que solo conducen a generar unos recursos y una obediencia ciudadana, sectorizada a los sitios en los que puede ser más rentable, mientras el resto de ciudad se debate en un caos apocalíptico. Entre esos problemas, está la inseguridad en todos sus aspectos. Esos ojos represivos, podrían mirar mejor este aspecto, combatir a los malandros, mientras nos enseñan a convencernos de que la civilidad soluciona muchas cosas y nos hace más agradable la vida, además de que es mas barata.