El gasto y las preferencias públicas

CHRISTIAN JOAQUI

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A partir de un análisis de los datos de contratación publicados en el SECOP por el municipio de Popayán, encontramos que en los últimos 12 meses se han celebrado 1.624 contratos para la ejecución de un poco más de 62.700 millones de pesos. El 51,7%, que corresponde a 32.400 millones de pesos, se han ejecutado a través de la modalidad de contratación directa. La inmensa mayoría de estos recursos se destinan a la contratación de prestación de servicios profesionales y de apoyo a la gestión.

La modalidad de selección más objetiva que existe en nuestra legislación es la licitación pública. Es además una modalidad de selección que implica unas etapas procesales más largas y públicas; por ello está destinada a la ejecución de los contratos con erogaciones más altas de los presupuestos de las entidades estatales. Bajo esta modalidad de selección se celebraron únicamente seis contratos contratos por 12.140 millones de pesos durante los últimos doce meses, que corresponden al 19.3%.

Es entendible que las administraciones públicas requieran la celebración de muchos contratos de prestación de servicios profesionales y de apoyo a la gestión. No sólo en Popayán, sino que ocurre en prácticamente la totalidad del país, las plantas de personal resultan absolutamente insuficientes para la atención de los múltiples servicios que le corresponden a los municipios que son, de acuerdo con la Constitución Política, la entidad fundamental de la organización político administrativa del Estado.

Sin embargo, sí que se hace necesario revisar la ejecución del gasto público. Por regla general los gastos concentrados del Estado tienen una mayor eficiencia y eficacia en la provisión de bienes públicos (función primordial del Estado). Para el caso bajo análisis, con sólo 6 contratos celebrados se ejecutaron 12.140 millones de pesos, lo que nos da un promedio de más de dos mil millones de pesos por contrato; mientras que para el caso de la contratación directa, el promedio es de 23.8 millones de pesos por contrato.

Popayán requiere unas inversiones urgentes. De esto es conciente la administración municipal que gestionó las autorizaciones para endeudamientos por más de 70 mil millones de pesos; esto es más del doble de lo que ha ejecutado en los últimos doce meses. Ya se han celebrado dos contratos de empréstito por 20 mil millones de pesos cada uno, pero, al igual que ocurre con el fenómeno de desagregación de la ejecución, estos recursos están orientados a la contratación de varios diseños y obras pequeñas, que no obstante es cierto que se requieren, dadas las naturales restricciones a los que están sometidos los presupuestos de las entidades estatales, la priorización de dichas obras debería estar dada por la magnitud de sus efectos potenciales en términos de población beneficiada.

Una política pública de orientación del gasto hacia la solución de problemas estructurales de nuestro municipio puede tener mayor incidencia en el mejoramiento de las condiciones de vida de muchos ciudadanos en general y no de algunos en particular.

Sin embargo, dado que un mayor beneficio colectivo es inversamente proporcional a la percepción de satisfacción personal, los gastos públicos se han orientado a un menor beneficio colectivo con mayor percepción individual, pues son estas percepciones lo que conduce a las emociones y, dado que son las emociones y no la razón lo que orienta la acción de los electores, en términos meramente electorales siempre será mejor tener un gasto público ineficiente.