Algunas reflexiones de inicio de año

ORIANA MENDOZA VIDAL

En medio de las variadas reflexiones que se realizan al final del año tanto en el ámbito personal como en el laboral, cabe una más: ¿lo qué estoy haciendo hoy, me acerca al lugar en el que quiero estar mañana? Y en función de esta respuesta se pueden esclarecer algunos propósitos internos para el 2019 que ya comenzó a descontar minutos y horas.

Aún con la resaca de las festividades recientes o los buenos momentos de unas merecidas vacaciones, poniendo nuevamente los pies y la cabeza en la realidad, y con el malestar de tantas deudas por pagar, empezó este 2019, que según analistas económicos “pinta mejor” que el 2018. No obstante, el nuevo mandato de Maduro en el vecino país, las elecciones regionales en el nuestro, la discusión y aprobación del Plan de Desarrollo del gobierno entrante, el crecimiento de la depreciación del peso frente al dólar, entre otros factores, pondrán la cuota de incertidumbre nuevamente a la economía nacional.

Una encuesta revelada por el DANE, asegura que las MIPYMES en Colombia representan más del 90% del sector productivo, aportando cerca del 35% del PIB y generando el 80% del empleo. Sin embargo, su capacidad de producción está restringida por factores internos y externos, que llevan al límite las capacidades de los líderes empresariales para no desaparecer en el mercado y, por el contrario, sacar ventaja de sus coyunturas.

Con todo lo anterior, más allá de los choques externos habrá que aplicar el dicho popular que mi papá repite hasta la saciedad: “mientras unos lloran, otros venden pañuelos” y por ello la pregunta del principio: ¿lo qué estoy haciendo hoy, me acerca al lugar en el que quiero estar mañana? Entendiendo que el “mañana” puede ser un año, dos, tres, seis meses, es decir, la temporalidad que queramos poner a nuestras metas, lo clave es fijarse metas y plazos para cumplirlas, las cuales pueden condensarse en la visión empresarial. En el campo de la planificación estratégica se entiende por misión aquello que identifica el propósito de la organización, lo cual establece y describe su vocación; la visión complementa la misión al definir en qué quiere convertirse la organización. Se trata de definir los objetivos a alcanzar, las metas que superan los objetivos a largo plazo y que movilizan los esfuerzos comunes, el alcance de la visión se sustenta en los valores corporativos. Resaltando que la visión es la conjugación de los objetivos personales y profesionales del emprendedor o empresario.

¿Lo que estoy haciendo hoy en el ámbito tecnológico, me acerca al lugar donde quiero poner mi empresa mañana? Reafirmo que uno de los grandes desafíos de este año es la aplicación de nuevas tecnologías en las áreas empresariales. Luego de conocer en resumen lo presentado recientemente en la feria CES, el evento de tecnología e innovación más grande del mundo que se celebra año tras año en Las Vegas, donde carros autónomos, drones, un televisor que se enrolla, electrodomésticos que trabajan por sí solos y pura inteligencia artificial, fueron los grandes protagonistas del CES 2019, todo orientado a la sostenibilidad, la productividad y a mejorar la experiencia de los consumidores. Si bien es cierto, las proyecciones de uso y masificación de estas tecnologías descritas redundan, sin lugar a dudas, en mayor productividad y ganancias empresariales, está en nuestras manos la decisión de conocer más al respecto, y dimensionar el proyecto de acogida de algunos de estos avances tecnológicos. Conectarnos con la tecnología de última generación será para muchos empresarios un propósito para el 2019, otros aún lo verán más lejano, pero pronto llegará.

Sin embargo, para complementar la pregunta inicial, el desafío eres tú, tanto en el plano empresarial como personal es definitivo tener sueños, que se traducen en metas, en otras palabras, construir una visión de vida, más necesaria aún para quienes tenemos una familia y deseamos un mejor futuro para nuestros hijos. ¿Qué ves cuando te miras al espejo? ¿Dedicas el tiempo suficiente a hacer cosas que te acercan a hacer tus sueños realidad? Alcanzar nuestros sueños está a la distancia de nuestras decisiones.

Al entender que la capacidad de levantarse tras una caída o crisis es propia de una sociedad que tolera el fracaso, y es ejemplo de la flexibilidad que exhibe el bambú, es cuando dimensionamos que el azote de los fuertes vientos nos dobla y creemos que hemos tocado el fondo al quebrarnos, pero descubrimos que no estamos quebrados, estamos doblados y que, con esfuerzo y valentía, volvemos a estar erguidos a nivel empresarial y personal. Algún día diremos: no fue fácil, pero lo logré.