Algo más sobre transformación generacional

ORIANA MENDOZA VIDAL

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En la anterior edición se habló de la necesidad de un relevo generacional en el sector rural, señalando cifras de la Misión Rural de 2015 y del Censo Agropecuario. Igualmente, se reconocieron algunas de las razones que impulsan a los jóvenes del campo a emigrar hacia los centros urbanos, las brechas en cuanto a cobertura y calidad de los servicios públicos entro lo urbano y lo rural, las vías de acceso, etc. Sin embargo, la cuestión del relevo generacional no es sólo una problemática de la población rural, es también un asunto de sostenibilidad en el ámbito de las empresas familiares, sin distingo de tamaño o ubicación. Alguien se ha preguntado ¿cómo se hace un relevo generacional?

Este asunto de “pasar la posta” no resulta ser sencillo, ni en lo rural ni en lo urbano, ni en la finca ni en una microempresa o una gran empresa, donde quiera que ellas se sitúen. Son variados los autores que hablan sobre la materia, a continuación, algunas de sus principales recomendaciones, con un toque personal adicional.

En primer lugar, es indispensable recordar aquella modalidad de competencia en atletismo llamada carreras de relevos, son aquellas en las que los miembros de un equipo deben turnarse para recorrer una distancia determinada, un corredor sale con el Testigo, luego se lo pasa a otro y así sucesivamente hasta que se completa la distancia total. De este modo, quien va a recibir el Testigo comienza a correr antes de recibirlo, es decir, el hijo que anhela gerenciar la empresa familiar deberá comenzar a trabajar en ella mucho tiempo antes de que su padre contemple la idea de dejarlo como sucesor, teniendo en cuenta la voluntad del padre de incorporarlo a su equipo de trabajo y que el hijo (o hija) quiera hacerlo. Al estar involucrado en algún área de la empresa o del cultivo, este joven conocerá el día a día del proceso productivo, sus ciclos, ritmos, y estará presente en los momentos de crisis, con lo cual el amor y el esfuerzo por “lo suyo” irán fluyendo al calor del sentido de pertenencia. En este proceso de maduración, el tiempo, la paciencia, la perseverancia y la comunicación asertiva, serán los mejores catalizadores para llegar a vivir el anhelado momento de la transferencia.

Un segundo aspecto a tener en cuenta es que el corredor receptor del Testigo no mira atrás cuando lo está recibiendo, por ello la responsabilidad de pasar bien el Testigo es de quien lo entrega, no tanto de quien lo recibe. Lo cual significa que una transformación generacional ha tomado tiempo, trabajo, sincronización, pues se entrega con una mano (la derecha) y se recibe con otra (la izquierda). Quien recibe el Testigo no mira hacia atrás, sigue con fuerza hacia adelante, concentrándose en la meta, es decir, en alcanzar la visión de la empresa. Pero lo hará a su estilo, definiendo y puliendo su propio modelo de liderazgo, que tendrá como insumos los valores y principios aprendidos de su antecesor y de toda una cultura empresarial que ya conoce y que ha vivido durante algún tiempo.

En tercer lugar, un aspecto clave en el proceso de transformación generacional es que se haga de manera transparente. Sin ocultar las crisis, los problemas grandes o pequeños, las equivocaciones del gerente y su equipo, el momento en el cual ha sido necesario pedir ayuda, etc., para que la nueva generación evidencie cómo se lucha, cómo se sale adelante y reconozca el esfuerzo realizado, siendo ejemplo y motivación cuando se estén viviendo situaciones similares.

Así las cosas, tanto en lo urbano como en lo rural, la transformación generacional no se hace de la noche a la mañana, se debe entrenar fuerte para estar corriendo a la velocidad adecuada a la hora de recibir el Testigo, hay que estar corriendo, ya que nunca se entrega el Testigo en una zona de descanso. También es claro que la generación que asume el liderazgo hace las cosas diferentes, persigue el mismo faro, pero a su estilo, lo que en ocasiones es difícil de aceptar por parte de los mayores, creando roces y discrepancias, ¿será que es una manera de expresar el miedo a ver fracasar a su hijo? Cada cual debe cometer sus propios errores, solo así se perfilará su modelo de liderazgo, unos se equivocarán más que otros, pero somos humanos al final de cuentas y las cicatrices son únicos testigos de nuestros aciertos y desaciertos, al final del día, intentarlo habrá valido la pena.