Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
Franchesca Freites es ciudadana venezolana, más exactamente de la ciudad de Valencia; está hace tres años en Popayán, llegó directamente desde el vecino país a la Ciudad Blanca ya que aquí estaba un amigo que le brindó la oportunidad de recibirla junto a su pareja.
Los accesorios que vende en el centro de la ciudad son ideas que surgieron a partir de diademas y pies descalzos que ella elaboraba en Venezuela, pero que ya estando en Popayán y viendo las condiciones del clima de la ciudad muy diferentes a los de su tierra natal, tuvo que reinventarlos y rediseñarlos a este contexto y sus culturas.
Algunos ciudadanos le solicitaron diseños personalizados de gorros para niños y damas a los que fue encontrando una estrategia de elaboración, así fue como consiguió llegar a los turbantes, que dice ella no son tan llamativos como los que desarrollan las comunidades del Pacifico, pero que si conserva un mismo estilo o forma, adicional a ello continuamente ha ido implementando las balacas y las babuchas.
Franchesca aprendió la elaboración de estos accesorios viendo tutoriales por internet, con su habilidad captó las ideas, las llevó a la práctica y las fue perfeccionándolo, así fue como hizo una buena cantidad de piezas que elaboró en Venezuela para traerlas y poder empezar con algo en Popayán; probó ofreciéndolos en almacenes, hasta que vio que era más rentable vender sus productos en un punto fijo en el que podría exponer su trabajo.
Su trabajo ha sido aceptado, apreciado y valorado por las personas de la ciudad y de otros lugares del Cauca quienes le han comprado cada vez que pasan por su puesto; los turbantes son los que han tenida buena acogida. Franchesca manifiesta que hoy son más las personas que le agradan los turbantes en comparación a hace tres años, cuando llego la acogida de los turbantes para bebes era lo más común, ahora el uso se masifico hacia las personas adultas y jóvenes.
En Venezuela estuvo estudiando licenciatura en citotecnología, una carrera en la que se preparan profesionales para reconocer anomalías en los tejidos celulares del cuerpo humano, con éxito la culminó, pero por dificultades para poderla ejercer es que está aprovechando sus habilidades para salir adelante hasta tanto se den las condiciones que le permita emplearse en lo que se preparó.
Franchesca hoy tiene 25 años y al igual que la gran mayoría de venezolanos ve con ilusión la oportunidad de poder ejercer sus profesiones ya sea en su país o en Colombia, aunque es consciente que requeriría de una revalidación de sus conocimientos y otro tiempo de estudio para homologar sus conocimientos.
En Venezuela están sus hermanos y padres a los cuales tuvo que dejar con mucho dolor, pero lo hizo porque ha tenido presente su sueño de salir adelante y lógicamente poder ayudar a su familia, estar en Colombia le ha dado estabilidad económica, pero mucho más que eso, la oportunidad de mostrarse como una mujer trabajadora, dedicada, dispuesta a aprender y emprender con cuanto reto se le presente, pues considera que todo está en la mente y que grandes logros se pueden conseguir cuando se quiere.